2. Los leones.

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Llegaba tarde

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Llegaba tarde.

Era el primer día de clase, la primera clase, e iba a llegar tarde. La mala persona de su prima no le había despertado cuando había bajado a desayunar y la había dejado durmiendo.

Traidora.

Cogió sus libros, pergaminos y plumas y corrió escaleras arriba sin ponerse la túnica.

No tenía tiempo para ir a desayunar, pero si iba corriendo directamente a Transformaciones quizás llegaría.

Giró a la derecha para llegar al pasillo de Transformaciones y chocó contra alguien, tirando los libros de ambos.

Se agachó recogiendo sus cosas rápidamente.

—Lo siento. No te he visto — se disculpó.

—No importa. Yo tampoco.

El chico con el que había chocado se incorporó y le tendió la mano. Se levantó con su ayuda y entonces se fijó en quien era la persona con quien se había chocado.

Era Connor McKinnon, un Gryffindor de su año. Tenía el pelo rubio y algo largo, con el flequillo rizado y bien peinado cayéndole ligeramente por la frente. Sus ojos eran de un cálido marrón que a Dorea siempre le había inspirado cierta confianza y tenía la cara cubierta de cientos de pequeñas pecas adornando su piel clara.

Tras un par de segundos de desconcierto se apartó rápidamente de él, no le convenía que a sus padres les llegase el rumor de que estaba siendo demasiado amable con un Gryffindor traidor a la sangre.

—¿Estas bien?

—Perfectamente.

—Me alegro — le sonrió — oye deberías tener más cuidado si vas corriendo así, podrías hacerte daño.

—Lo haga o deje de hacer no te importa.

McKinnon se encogió de hombros.

—Solo no quiero que te hagas daño, pero puedes hacer lo que te dé la gana.

The Black Brothers || Era de los MerodeadoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora