Capítulo 09.

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Al mirarme en el espejo suspiré. En la parte baja de mi mejilla izquierda, había una notoria marca roja en forma de una pequeña mano y sí que ardía. La había hecho mi, ahora, ex novia esta mañana, unas tres horas antes que esto.

»◦✿◦«


—¿Qué sucede, Choromatsu-san? Lo veo pensativo —dijo ella, dejando mi brazo para pararse frente a mi, preocupada.

—Hay algo... que debo decirte —suspiré, acariciando la parte de atrás, en la zona baja de mi cuello, nervioso.

«¿Cómo decirle? Apenas y habíamos empezado hace una semana. Terminar de repente debe ser un shock. Pero, si no lo hago... La dañaré y a mi mismo. No puedo seguir con esta mentira, ya no. Creí que sería fácil, pero no lo es. Menos ahora que Konosuke-senpai me dijo tales cosas y yo... y yo le di la razón.»

—¿Choromatsu-san? —insistió.

Yo sonreí, una pequeña sonrisa apenada y triste al tomar su mano con delicadeza. La acaricié por encima y la miré a los ojos, disculpándome mentalmente por lo que iba a hacer.

—Yo... creo que debemos terminar con esta relación.

—¿Q-qué...? —sus ojos me miraron como esperando que todo esto fuese una broma, como diciendo: esto no es real. Mi corazón se estrujó al instante.

—Yo, acepté tú propuesta a pesar de que ya... ya estaba enamorado de alguien más —le confesé con una media sonrisa dolorosa, dolorosa por tener que decirle esta verdad a alguien que me amó de manera sincera —. No puedes estar conmigo... mereces a alguien mejor...

Pe-pero, no —apretó sus manos contra las mías y me miró a los ojos, confundida y angustiada—. Yo puedo hacerlo feliz, puedo hacerle o-olvidar a ella... ¿Si?

—No, jamás lo olvidaría. En verdad lo amo. Desde pequeños, siempre hemos estado juntos y ahora, quiero seguir así...—apreté sus manos por última vez y las solté, mirándola a los ojos con dolor, pero ella lo entendió. No hizo falta una explicación detallada. Ella era alguien comprensiva, una buena chica, una buena mujer.

—Se nota que la ama, Choromatsu-san... —murmulló con una risita baja, una risilla triste —. Que envidia, que alguien te ame tanto...

—Realmente lo siento mucho.

—E-esta bien...— sonrió vagamente, jugando con el tirante su bolso —. Entonces, Choromatsu-san. Esto es un... adiós.

—Si, es un adiós.

Cada uno hizo una pequeña reverencia de despedida. Si era sincero, creo que podría haberme enamorado de esa hermosa muchacha, si tan solo Osomatsu-niisan no me trajera como adolescente hormonal. Tan encandilando a él, que siquiera pude disfrutar de la grata compañía de una mujer.

La vi dar pasos pequeños, unos metros delante de mi. Me sentía culpable. No quería que ella se fuera así...

Oye —la llamé, nervioso. Ni siquiera protestó, ni se enfadó cuándo se lo dije. No podía quedarse así.

—¿S-si...?

—¿Podrías... podrías darme una bofetada?

—¿Eh? ¿Po-por qué yo haría...?

No escapes •OsoChoro•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora