VORÁGINE

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Siempre he oído sobre ciertos efectos negativos que puede tener tu salud tanto mental como física por callar todo lo que sientes, nunca creí eso pero heme aquí, llorando de dolor mientras carcajeo de placer. No sé qué sentimiento es más poderoso ahora, siento que se turnan a ratos, aunque depende, pues cada que me giro hacia mis padres mis lágrimas aumentan, siento que me deshidrataré, pero si guío mi mirada hacia el doctor y sus enfermeras mis risas aumentan hasta que me falte el aire. No sé cuánto llevo en el manicomio, pero sé que ha pasado tanto que está sala, especial para psicópatas, esta una mierda, como mi vida ahora.
-Doctor... Lo está haciendo de nuevo.
A veces no me basta con ver esto así de repugnante, es por ello que cada que puedo o una vorágine como la de este instante me ataca y me llena el ser, deseo más porquería a mi alrededor.
Veo como unos guardias y enfermeras están a punto de ingresar, pero el doctor los detiene.
-Déjenla, ya solo le quedarían dos- comenta el doctor para luego apretar sus puños y mantenerme la mirada, con asco, miedo, dolor e incluso locura.
Acto seguido me arranco la uña del pulgar y mientras la mastico paso mi dedo por la pared detrás de mi, grito de satisfacción pero lloró de dolor. De la nada siento tener disnea, y para tratar de pasar saliva me arde, me corta, la uña obstruyó mis vías y mientras me recuesto, mi vista se torna borrosa pero no tanto para ver en cámara lenta al doctor y a los demás acercarse a mí y como últimas palabras decido susurrar al doctor...  <Me quedaba solo esa... >

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