Capítulo 4

442 16 0
                                    

Isabella 

Abro los ojos poco a poco, con ambas manos sujeto mi cabeza pues me duele demasiado, como puedo me siento en la cama, lo último que recuerdo es que estaba abriendo la puerta de mi casa para entrar y alguien me golpeo, siento como un escalofrió recorre mi cuerpo, no se quien y para que me trajeron, tengo mucho miedo comienzo a llorar, trato de calmarme pues llorando no voy a solucionar nada. 

Levanto la vista y comienzo a analizar el lugar donde me encuentro; es una habitación bastante amplia cuenta con una cama matrimonial en ambos lados se encuentra una mesita de noche, enfrente de la cama esta una televisión incrustada en la pared y abajo esta una mesita con un florero, a cada lado esta una puerta , me levanto y con cuidado me dirijo a ver que hay en cada puerta, una es el baño y otra es un closet bastante amplio, también hay una enorme ventana trato de abrirla pero esta atorada, busco algo con que romper el vidrio, tomo la lámpara que se encuentra sobre la mesita de noche y cuando estoy a punto de aventarla contra la ventana, escucho pasos que se dirigen a la habitación donde me encuentro. 

Me arrinconó en una esquina de la habitación, no suelto la lámpara pues es mas que obvio que la usaré de arma, por la puerta entra un hombre, me sorprendo pues es el mismo que golpee la noche anterior, el me observa fijamente me siento incomoda, pues me ve como si fuera el mejor bocadillo y el estuviera hambriento,  se ríe como loco, comienza a acercarse y yo aprieto aun mas la lámpara.

- Mi preciosa Isabella, perdón por la forma en la que te traje, pero no me gusta ser delicado no es lo mío jaja espero me entiendas - dijo mientras tomaba un mechón de mi cabello.

- No se quien seas, quiero irme a mi casa ahora, si me dejas ir te juro que no le diré a nadie de esto - dije mientras empujaba su mano para que dejara mi cabello, el ambiente se torno pesado, pues era mas que obvio que aunque me estuviera muriendo de miedo no se lo iba a demostrar, pobre ingenua.   

- ¿No entiendes? esta habitación, toda esta casa son de mi propiedad, por ende lo que esta adentro me pertenece, incluyéndote, deberías sentirte orgullosa de que te escogí - dijo mientras me jalaba de la cintura y me pegaba a su cuerpo. 

Como un perro comenzó a oler mi cuello, como pude lo aventé y con todas mis fuerzas lo golpee con la lámpara, el cayo al suelo, solo me fije como escurría la sangre de su cabeza, pase por su lado y como pude salí corriendo de la habitación, no sabia por donde correr pues esta casa es demasiado grande, cuando por fin vi una salida, apareció Dayana y por primera vez sentí alivio al verla.

- Ayúdame por favor - le dije con tono de suplica, pues se escuchaban los gritos de aquel hombre. 

- Tan rápido te metiste en problemas, jajaja pobre idiota, hiciste enojar al diablo - susurro en mi oído. 

Aquel hombre llego hasta donde nos encontramos y como buena cobarde que soy me escondí atrás de Dayana ella solo se reía, el me veía con furia y no era para menos pues estaba todo ensangrentado por el golpe que le di.

- Querido David, me desaparezco unas cuantas horas y al parecer tu mascota ya te hizo enfurecer, dime querido ¿Recibirá su castigo? - dijo con burla Dayana. 

El hombre que ahora se que se llama David empujo a Dayana y se acerco de forma amenazadora hacia mi, yo retrocedía hasta que tope con pared, David me propino un certero golpe en mi estómago que hizo que me doblara de dolor y por falta de aire caí de rodillas, el me tomo del cabello y me arrastro por toda la casa mientras me insultaba, llegamos de nuevo a la habitación, como si fuera una muñeca vieja me aventó a la cama, trate de reincorporarme, pataleaba y soltaba manotazo pero no lograba herirlo, el se subió arriba de mi y comenzó a golpearme con el puño cerrado. 

- Maldita perra, a mi nadie me pone una mano encima, vas a aprender a respetarme por las buenas o por las malas - dijo con furia. 

Se levanto y se comenzó a quitar el cinturón, yo lo veía con horror, rezaba para que no se fuera a propasar conmigo de la manera que estaba pensando, como pude me reincorpore de la cama, el me ve de forma burlesca y cuando por fin se quito el cinturón me dio un golpe en la cara que hizo que cayera de nuevo sobre la cama, David rasgo mi vestido quedando al descubierto mi espalda, comenzó a golpearme con el cinturón mientras repetía que yo era de su propiedad y que le debía respeto.

- Detente por favor, juro que me portare bien - dije con tono de suplica.

- ¿Enserio te portaras bien? jajaja ves que hablando se entiende la gente pequeña conejita, dime ¿Que estas dispuesta a hacer? - dijo. 

Como si fuera un milagro un hombre abrió la puerta y entro a la habitación, me dedico una mirada de lastima que hizo que me sintiera mas mal.

- Patrón, perdón que lo moleste pero tuvimos un problema con los Arellano y es urgente que lo resolvamos - dijo con un tono preocupado. 

- Dejamos pendiente esta charla conejita, ahorita mando a alguien que te cure esas heridas para que descanses - dijo. 

En cuanto salieron de la habitación me tumbe en la cama y comencé a llorar cual pequeña niña, deseaba estar entre los brazos de mi mama que para mi son el lugar mas seguro, extraño tanto a mis papas y ahora mas pues no se si salga de esta.  A los pocos minutos entro una joven de tez morena, estatura chica, su cabello era estilo afro, es muy bonita y se ve que es buena persona. 

- Buenas noches señorita mi nombre es Alina, me envió el señor David para curar sus heridas - dijo mientras dejaba su botiquín en la mesita de noche. 

Me quede en la misma posición boca abajo, la muchacha comenzó a limpiar mis heridas mientras me platicaba que desde que tiene uso de razón su mamá trabaja con la familia de David, por lo que me cuenta tiene 20 años aparente menos, después de que me limpio las heridas se fue al baño y preparo la tina con agua caliente y hiervas. 

- Vamos señorita primero tiene que bañarse para que después le ponga algunos ungüentos sobre las heridas y así evitar que le quede cicatriz - dijo de forma amable.

Y así lo hice me bañe,  Alina me unto sus pomadas, me puse una pijama y después me trajo la cena, no tenía nada de hambre quería dormir y dormir o mejor aun despertar de esta maldita pesadilla, Alina se canso de insistir y se retiro con todo y charola, yo me metí a la cama y me quede profundamente dormida.  

Hola 

Una disculpa por no actualizar he tenido mucho trabajo jeje, espero les guste el capítulo estare actualizando seguido, gracias por leer. 

El Renacer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora