CAPÍTULO 2: Recuerdos de un corazón roto (Parte 1).

202 11 1
                                    

El segundo día llegó. O al menos eso pudimos intuír Leonore y yo, ya que, cuando digo que todo se había desvanecido, lo digo literalmente. Ni siquiera quedaba rastro del color azul tan característico del cielo. En su lugar, había un tono más claro de negro que el de la noche anterior, como si al cielo de un día nublado le añadieses una densa capa de humo. Aunque el cielo no fuese muy claro, había la luz necesaria como para intuír por dónde nos movíamos y ver qué había a nuestro alrededor. 

Ambos yacíamos tumbados y abrazados encima del sólido suelo  de un edificio donde fuimos a parar que, a pesar de estar prácticamente derrumbado, nos ofreció el cobijo justo que necesitábamos para poder dormir, o al menos intentarlo. 

-Así que... Finalmente no es una pesadilla, ¿no? -Dijo ella rompiendo por fin el silencio.

-Me temo que es tan real como tú y como yo. Por desgracia.

-No sé si estoy preparada para esto... -Dijo con un fino hilo de voz mientras se abrazaba más fuerte a mí- Quiero decir, para lo que quiera que sea esto. No sé si que sigamos vivos fue un favor o un cruel capricho del destino, el cual parece deleitarse con nuestro sufrimiento.

-Yo tampoco creo estar preparado. ¿Cómo iba a estar preparado para algo que ni siquiera conozco? No sé qué ha pasado, no sé a qué magnitud ha pasado, no sé si esta destrucción se limita a una ciudad, un estado, un país o al mundo entero. No sé absolutamente nada. Nunca creí que me vería en esta situación, teniendo que esquivar restos calcinados de cadáveres, como si estuviese rodeado de intentos de crear de cero un ser humano en un experimento que salió mal. Nunca creí que vería el fin de todo, pero lo he visto, y sigo vivo. Así que no queda más remedio que seguir existiendo hasta que no pueda más.

-¿Pero qué sentido tiene seguir existiendo sin un motivo? ¿Sin un futuro que alcanzar? ¿Sin un sueño que cumplir? Mira al cielo, ni siquiera puedo ver el amanecer que se supone que debería de intuírse ahí arriba. Es negro, oscuro. No hay luz, no hay absolutamente nada.

-Entonces quizá sea el momento de encontrar esa luz dentro de ti, y darle a la palabra "amanecer" un nuevo significado. -Dije, tratando de animarla a ella y quizá también a mí mismo, aunque en el fondo estuviese de acuerdo con todo lo que había escuchado.

Ella sonrió -Tanto como podría sonreír una persona cuerda en una situación así.- y ambos nos fundimos en un fulminante beso que por unos instantes de segundo hizo parecer que nada de lo que había alrededor de nosotros había existido alguna vez. 

Al cabo del rato volvió el silencio, que sólo se rompió al escuchar el sonido de las tripas de ambos reclamando la comida que obviamente era necesaria para poder seguir viviendo.

-Así que no soy el único con hambre. -Musité, esbozando media sonrisa.

-Pues no, la verdad es que no.

-Entonces, ¿qué hacemos aquí parados? Vamos a buscar algo. Todo está en ruinas, pero seguramente podamos encontrar una tienda, un supermercado, una casa o lo que sea donde aún hayan alimentos en estado de poder ser consumidos. Y una vez hayamos llenado los estómagos, quizá deberíamos de ir a nuestras casas.

-¿¡CÓMO!? -Se le escapó un grito.- ¿Para qué? ¿Estás loco? ¿Es que quieres ver los cadáveres de toda tu familia y ver como todo lo que alguna vez tuvisteis se ha convertido en polvo?

-Oye... Tranquilízate, por favor. Obviamente yo tampoco quiero ver eso, no quiero estar en esa situación, ¿pero qué más podemos hacer? Quizá al final esta catástrofe no ha sido tan grande como esperábamos. Quizá no somos las únicas personas vivas. Lo único que podemos hacer es confiar en que quizá lo que veamos no es tan malo como creemos.

-Sí... Sí, por supuesto. Tienes razón. Ya sabes que mi mente no funciona correctamente aún... Lo siento por ser tan brusca contigo. -Me dijo mientras me abrazaba.- Oye...

-¿Hm? ¿Quieres decir algo?

-Te amo.

-Sí, yo también te amo a ti, pequeña.

Y nos pusimos en marcha sin perder un segundo más.

The FalloutDonde viven las historias. Descúbrelo ahora