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¿De dónde proviene la infinita inspiración del famoso compositor Kim Hongjoong? ¿De dónde sale tanta valentía y coraje de parte del rojizo musicólogo? ¿Tendrá pactos con algún espectro para tener tan hermosa apariencia? ¿Qué le hace pensar que con romper estereotipos marcará algo en la industria musical? ¿Los millones en su cuenta se deberán solo a la música?

La mitad de las preguntas anteriores eran completamente absurdas, pero eran preguntas que corrían por los medios coreanos a diario junto a infinidades de teorías o falsas acusaciones en contra del pelirrojo. Los medios aún no comprendían cómo es que alguien tan joven y salido de la nada misma había llegado tan lejos en tan poco tiempo sin necesidad alguna de ser respaldado por grandes empresas de renombre, es por ello que buscaban una respuesta a sus dudas aunque no la hubiese en realidad.

Hongjoong siempre fue una persona de muy pocas palabras, no era muy comunicativo cuando del público en general se hablaba, las prensas nunca fueron sus favoritas, odiaba tener cámaras encima de sí mismo grabando cada detalle para luego blasfemar en su contra y así obtener un poco de dinero fácil.

Odiaba la facilidad que tenían los críticos para descartar las obras de grandes artistas potenciados cuando ni ellos mismos tenían el valor de siquiera crear algo desde cero que valga realmente la pena.

Desde ese punto de vista, podría decirse que la fama de Hongjoong no sólo se debía a sus letras sino también a su carácter tan indiferente para con los demás, nadie podía culparle de ello puesto que su fé en las personas se había esfumado al ver que sin importar qué, siempre serían clasificados por categorías monetarias.

Por ello y la inmensa humildad del pelirrojo, la gente se había generado grandes dudas que –por lógica– no serían respondidas por el mismo autor de éstas, fue entonces cuando comenzaron a indagar aún más en su vida, buscando cualquier motivo o detalle que pudiese darle una explicación a la actitud tan pedante o el pensar diferente del compositor, tal vez así encontrarían respuestas para las dudas iniciales.

Sin embargo, se sorprendieron al saber que Hongjoong provenía de una familia tranquila de principios normales de cualquier residente coreano, en su entorno nunca hubo grandes discordias, su familia era completamente tranquila y paciente, se decía que los abuelos de Hongjoong trabajaron siempre para fundaciones de beneficencia y el mismo pelirrojo donaba dinero para esa misma fundación de vez en cuando.

Todo era relativamente normal, entonces, ¿de dónde nacía aquel carácter tan autoritario, irritante y pesado? En su colegio jamás sufrió algún tipo de bullying, quienes intentaron acercarse a él para entablar algún tipo de amistad no pudieron porque él mismo no se los permitió.

Para ser sinceros, no había explicación a su carácter y era lo que los demás no entendían por mera envidia de ver que alguien podía surgir en una industria tan difícil como lo era la musical sin necesidad de mentir, trampear o guindarse del mérito ajeno como estaban acostumbrados a ver.

Hongjoong sabía a la perfección que tal vez podía no ser el más amado en los lugares donde llegaba, incluso podía ser la peor escoria del lugar para cualquiera, pero eso poco le importaba, él no vivía de los demás y no le debía nada a nadie más que no fuese su familia –tomando en cuenta que su definición de familia se resumía a sus padres y a Seonghwa. Nadie más era digno de llamarse familia, para él.

Además de ello, podía decirse que Hongjoong era muy planificador y detallista con cada paso que daba, era predecible sólo cuando él quería que los demás supiesen su disgusto hacia alguna cosa.

Between Balconies  ⌘  [𝐇𝐨𝐧𝐠M𝐢n]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora