De alguna u otra forma, Hongjoong había terminado siendo abrazando por el azabache quien descansaba la cabeza por sobre su pecho. No sabía cómo era que había llegado a ese punto pero tampoco es como si le desagradase del todo.
Hongjoong realmente había hecho lo que él considera que cualquier persona haría.
Luego de que los amigos de Mingi se fuesen, él le calmó y arrulló hasta que el pelinegro quedó completamente dormido, fue entonces cuando lo tomó en brazos con sumo cuidado de no lastimarle y subió hasta su habitación, sabía cual era porque al regresar del hospital Hongjoong le visitó, pero no fue capaz de siquiera cruzar la puerta esa vez.
Tenía pensado dejar las bolsas allí e irse finalmente, tal vez el que Mingi se hubiese dormido en ese momento era un claro indicativo de que no era su día. Sin embargo, cuando dejó las bolsas sobre la mesa para tomar rumbo a su hogar, Boram apareció por la puerta caminando con urgencia, alegó que aún tenía cosas qué hacer y por ende no podría quedarse.
Hongjoong, como buen vecino que era, no dudó ni por un segundo en ofrecerse a cuidar al azabache hasta que llegase, Boram le agradeció por ello y le dejó la cocina a cargo.
Mingi tenía una dieta algo estricta debida al desorden que había provocado el alcohol en su sistema, era por ello que la azabache había vuelto, pero ahora que el pelirrojo se había ofrecido, ella solo agradeció y se retiró no sin antes darle un pequeño consejo.
"Sé que eres plenamente consciente de lo que ocurre, sé también que no eres tonto para no comprender lo que digo, Kim Hongjoong. No desperdicies tu tiempo."
El pelirrojo realmente no entendió por completo a lo que se refería, era claro que el tema incluía al pelinegro, sin embargo, ¿cómo estaría desperdiciando el tiempo? Siempre hacía algo distinto e intentaba cosas que antes no, su vida había dejado de ser una monotonía desde hace mucho.
No entendía... O más bien, no quería hacerlo.
Boram tenía razón, Hongjoong era consciente del tipo de sentimientos que tenía, también era consciente de la cantidad de éstos, pero los ignoraba, y aunque Seonghwa le repitiese de muchas formas que con ignorar algo no lo haría desaparecer, no le daba importancia adecuada.
¿Dónde había quedado la madurez del compositor Kim Hongjoong? Es muy cierto que los sentimientos –independientemente cuales fuesen– nos hacían torpes, pero, ¿hasta qué punto? ¿Hasta dónde sería capaz de llegar su ingenuidad?
Para solucionar problemas ajenos Hongjoong era el mejor, de eso no cabían dudas; pero, cuando se trataba de los suyos las cosas cambiaban, era como si una parte de su cerebro dejase de funcionar, así de simple.
Y eso fue lo que se debatió mientras preparaba las meriendas de Mingi, luego quiso despejarse, tal vez ver si el azabache ya había despertado o algo parecido.
Hongjoong estaba preparando un pequeño discurso mientras subía las escaleras, sin embargo, todo eso quedó en el olvido cuando estuvo a punto de llegar y diversos jadeos lastimosos se escucharon dentro de la habitación.
El pelirrojo había entrado de inmediato, era consciente del estado magullado del menor y realmente esperaba verle sosteniendo sus vendas o algo parecido, probablemente así sabría como ayudar. Pero, jamás imaginó verlo hipeando entre lágrimas con un temblor constante.
Decir que se había asustado fue poco, realmente estaba preocupado, aunque las asimilaciones fueron rápidas y pudo deducir que recién había recordado lo ocurrido horas antes.
No pudo pensar en nada más y por ello había actuado por mero instinto para calmarle.
Eso nos lleva al momento actual, dónde Hongjoong no paraba de sacar pequeños planes y era demasiado distraído como para no notar que alguien le veía con completa admiración.
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Between Balconies ⌘ [𝐇𝐨𝐧𝐠M𝐢n]
Fanfiction¿Quien diría que la unión entre dos balcones cambiaría de manera desmesurada la vida de una persona? Si lo planteábamos así, sería algo absurdo, ¿no? Lo mismo pensó el reconocido compositor Kim Hongjoong, quien había asegurado conseguir paz en un si...