Blurry through the clouds (11:11)

Capítulo 9

Si Allen es un estúpido, yo lo soy aún más.
Estuve tan distraído cómo para olvidarlo en ese lugar.

Vuelvo por el mismo camino a una velocidad increíble para llegar cuanto antes.

Al llegar me encuentro con un gran tumulto, muchas personas rodean algo dentro de él mini supermercado.
Todo eso se ve desde afuera debido al vidrio que tienen por puertas.

Entro para ver lo que está pasando, empujo unas cuantas personas para llegar al frente.

—Lo siento— digo volteando a ver a cada persona que aparto de mi camino.

Veo que hay dos tipos pelando en el suelo; un empleado, y por favor que ese no sea Allen.

Miro detenidamente hasta que dan la vuelta y cambian de posiciones. Ay, dios. Si es Allen.

Ágilmente Allen vuelve a tomar el control.

—Allen— no me presta atención —¡Allen!

Se detiene un momento y voltea a verme, al igual que el anterior cajero que me atendió.

Ya que estaba distraído, el cajero golpea a Allen rápidamente, así atrae su atención nuevamente.

Me acerco y le doy un golpe en la cabeza a Allen, ya que se reincorporaron, aunque no por completo, también golpeo al cajero.

—Parecen niños, levántense de ahí— me miran un momento y luego se miran entre si, levanto mi mano y la pongo sobre mi frente, a la vez sobando mi nariz— Vengo por ti.

El cajero empuja a Allen hacia un lado y se levanta de un brinco acercándose a mí.

—Tienes mi núme...— antes de que siga me alejo hasta donde está el otro idiota.

—Vengo por el— digo extendiéndole la mano.
Me mira y hace un gesto raro con sus cejas, pero sin antes tomar mi mano— Mira lo que te hiciste, tsk.

Veo algo de sangre salir de su labio, este estúpido.
Acerco mi mano hasta su labio y toco levemente la herida.

—Auch— se aleja de mi.

Tomo su mano y salgo de ahí.
Todo el camino hasta su casa fue silencioso.

—No me perderé, o ¿es que te gusta tomar mi mano?— miro en dirección a nuestras manos y la suelto bruscamente.

Por suerte no le pasó nada a las compras, ya que las dejé caer cuando salí corriendo.

Las tomo, entro a la casa, dejo la puerta abierta ya que Allen venía detrás mío.

—Aquí están las cosas, lamento haber tardado— escucho que cierran la puerta principal, después de eso unos pasos caminar por las escaleras.

—Ahí está— ríe la madre de Allen — Ve con Allen, más tarde les hablaré, gracias.

Hago una pequeña reverencia y corro escaleras arriba, hasta llegar al baño, sin cerrar la puerta, busco detrás del espejo el botiquín.
Lo tomo y salgo.

Camino hasta la habitación de Allen y entro.

—Que educado saliste— dice refiriéndose a que no haya tocado la puerta, como si necesitara hacer eso con él.

—Me lo enseñaste tú, cariño— me siento a su lado— ¿puedes?— trato de levantarlo.
En la posición que está no puedo ayudar mucho, caeré sobre el.

—Estoy bien.

Que irritante, me siento a su costado y me acerco a su cara examinándolo.

Toco su labio nuevamente con mi pulgar.