Capítulo 8

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Saco las galletas del horno y las dejo afuera para que se enfríen.

—¿Terminaron, chicos?— pregunta la madre de Allen entrando a la cocina.

—Si, lamento irrumpir en la cocina.

—Descuida. Vayan a descansar, prepararé la cena— asentimos y salimos de ahí.

—¿Quieres ir arriba?

—Si, ¡el último que llegue tendrá que correr en ropa interior por la calle!— digo para comenzar a correr.

—¿Qué? ¡Luke!— escucho pasos rápidos detrás de mí.

Alcanza a tomar mi camiseta y me hala hacia atrás.
Me deja detrás de él y sigue subiendo los últimos escalones, me lanzo sobre el y quedo sobre su espalda tratando de derribarlo, lo único que logro es que se tambalee.

Me sostengo fuertemente de su cuello para no caer.

—¡Deja de moverte tanto!— exclamo algo alterado, si caigo de aquí será un buen golpe.

—¡Pues deja de estar en mi espalda!— responde.

—¡Pero te estas moviendo!

No responde y corre hacía su habitación, abre la puerta de golpe y me lanza sobre su cama.
Seguido de eso se deja caer a mi lado.

—Gané— pone su brazo detrás de su cabeza y sonríe.

—Eso fue trampa, estaba sobre tu espalda como un costal de papas.

—Eso es en el hombro, ¿no?

—Yo que se— digo indignado.

—Bueno, tú también ganaste— lo miro confundido —Entramos a la habitación al mismo tiempo.

—Cierto..., pero quería verte en ropa interior— debí pensar nuevamente lo que iba a decir, no sé escuchó muy bien.

Volteo a verlo y se levanta de inmediato.

—¿Quieres verme así?— se acerca nuevamente a la cama y comienza a quitarse la camiseta.

Oh Dios mío. Por un momento me sentí avergonzado, pero siempre entra mi lado juguetón.

Me acerco a la orilla de la cama y veo más de cerca a Allen, inconscientemente, esto no ha sido planeado.

Sonríe, termina de quitarse la camiseta y cae al otro lado de la habitación.

—Allen, no debería...—digo poniendo mi brazo sobre mi frente dramáticamente, volteando la cara —Pero— volteo nuevamente al frente y tomo su cuello acercándolo a mí.

Eso se salió de las manos.

—¿No te he dicho que la ropa sucia va al cesto?— dirigimos nuestra mirada a la puerta, me separo de Allen y el se lanza rápidamente a la cama y se tapa.

La madre de Allen levanta la camiseta que hace unos segundos estaba sobre su cabeza, pasa a dejarla dentro del cesto.

—Cierren la puerta con seguro— dice para seguido de eso, salir.

—¡Estaba cerrada!— exclama.

—Cierto— grita desde afuera —Necesito que vayas a la tienda por pan, así que vístete— escuchamos sus pasos por las escaleras.

Allen se levanta y busca una camiseta, se la pone y abre la puerta de la habitación.

—Espera— digo antes de que salga, se detiene sin voltear —Voy contigo— me levanto de la cama ágilmente y llego hasta su lado—Ahora si— sonrío.

Blurry through the clouds (11:11)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora