Un largo fin de semana 1/2.

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Por fin había llegado el viernes, todos los estudiantes entraban a sus salones, Rapunzel decidió tomar asiento en su pupitre, ese día había llegado temprano a su clase de química y prefirió esperar a Eugene.

Al poco rato Varian llegó a la clase, se sentó delante de la rubia y sacó su material. Esa clase era la favorita del chico, le fascinaba mucho la ciencia, la tecnología y lenguas extintas.
-hola Rapunzel- saludó Varian a la chica que fijó su mirada en él.
-hola Varian- dijo la rubia sonriendo- ¿que tal tú día?-
-muy bueno, hoy tengo que ir después de clases a una reunión con mis compañeros ¿y tú día, Rapunzel?-
-también muy lindo, esta tarde invité a Cassandra a venir a mi casa, !así que será noche de chicas¡- respondió la chica saltando de emoción.
-¡oh! Ojalá se diviertan, aunque no conozco mucho a Cassie, no sé si le gusten mucho las “cosas de chicas”- dijo el pelinegro tímidamente.
-no creo que sea un problema- Rapunzel hizo un ademán con su mano indican que sería “pan comido” tratar con su invitada- además eso me ayudará a conocerla-
-te deseo suerte Rapunzel- Varian le guiñó un ojo a la joven- una vez que conoces a Cassie, verás que es una buena persona-
-eso lo tengo asegurado, se ve que alguien noble- Rapunzel bajó su mirada a su cuaderno que estaba lleno de planes para esa tarde.

Pocos minutos después llegó Eugene y tomó asiento junto a su novia, ese día no podía ir con Rapunzel pues estaría pasando tiempo con su nueva amiga “Cassandra” o como él le decía “dama dragón”. Eugene no entendía como a la rubia le caía bien esa mujer, desde que la conoció no le cayó bien, pues al ser la hija del capitán de la policía de Corona entendía el porqué le cayó de la patada.

Él conoció al capitán debido a su necesidad de robar por el bien de su familia. Obviamente llegó a parar varias veces a la cárcel y su padre lo sacó todas esas veces.
Además el capitán era bastante estricto con él, le daba castigos severos como limpiar y pintar las paredes grafiteadas, recoger la basura de lugares poco agradables y escribir cartas de “arrepentimiento” esposado de los pies y manos.

Al conocer a la pelinegra se dio cuenta que ambos eran parecidos en muchos aspectos y no le sorprendió del todo la actitud que tuvo al inicio del semestre. No era muy bien recibido por la autoridad de Corona.

Del otro lado de la escuela, Cassandra salía de su clase Ciencias Sociales, casi no era buena en la materia pues no le veía mucho caso en ocasiones pero era interesante los tópicos que tocaban. Además muchos de sus compañeros decían que era como ir al terapeuta gratis y les daba la razón.

Sin embargo, esas clases le traían problemas menores, no por ser complicadas ni dejar muchas tareas, sino por abrir sus sentimientos a la gente. No era algo a lo que acostumbrara hacer, era una realidad que no tenía amigos (a excepción de Varian) para hablar al respecto de sus sentimientos.

Decidió ir en camino a la cafetería, el pasillo estaba solo por lo que era seguro que ese lugar no estuviera atestado de alumnos. Pero antes de llegar a la esquina del pasillo unas chicas la detuvieron y Cass las miró un tanto sorprendida.
-hola chicas- saludó Cassandra un poco nerviosa.
-hola- dijo una chica castaña quién miraba con timidez a la pelinegra.
-¿tú eres Cassandra, verdad?- preguntó la otra chica la cuál era pelirroja.
-así es- respondió Cass sonriendo levemente- ¿necesitan algo?-
-bueno mi amiga es una fan tuya y quería entregarte algo ¿verdad?- la pelirroja le dio un codazo a la chica que se escondía detrás suyo.
-si..- susurró la castaña acercándose a Cassandra extendiendo su mano y dejando una carta en las manos de la pelinegra- es un regalo-
-gracias- Cassandra tomó la carta y sonrió.
-es un placer- la castaña se despidió y ambas chicas se fueron del pasillo.

Cassandra tenía la tentación de abrir la carta que había en sus manos, fue que abrió el contenido de dicha carta y leyó lo escrito. La carta estaba bien decorada, había corazones decorados de varios colores, la letra era bonita y bien escrita, en general usaba tinta rosada sin embargo al inicio usó una tinta de colores pasteles, sinceramente esa chica tenía buen gusto en el color.

Inició su lectura lentamente de camino a su destino:

“Querida Cassandra: Debo decir que me has impresionado con tu habilidad en el juego pasado, ¡les pateaste el trasero a ese equipo de segunda! Te he visto en todos los juegos y entrenamientos desde hace dos meses y sé que te parecerá tonto.
Eres muy especial para mi y sé que no hablamos mucho, pero me gustaría tener una relación más profunda a tu lado.
¿aceptarías salir conmigo, Cassandra?”.

!¿Qué?¡ aquella confesión no lo esperó en lo mas mínimo, ella sabia que tenía a sus admiradores pero todos la elogiaban o admiraban, nunca esperaba recibir una carta de amor de uno de ellos y menos de una chica.

Guardó la carta en su mochila, sería grosero y descortés tirar ese regalo, sinceramente no supo que decir ante la confesión, era inesperado.

Antes esa pregunta le había pasado por la cabeza, en especial en el inicio de su pubertad. Desde hace tiempo supo que no era como las otras niñas, es decir, pasaba tiempo con ellas pero sus gustos y aficiones no concordaban mucho con esas niñas.
Ella siempre jugó a las muñecas, sí, pero también se unía a actividades que otros padres verían para “niños”.
A su padre nunca le molestó nada de eso, aunque esperaba que Cassandra también mostrara su lado femenino mas seguido.

Cass siguió la fila de estudiantes, ¡rayos! Estaba lleno de gente, ¿como era posible que en tan pocos minutos se atascara el lugar?.
Tomó su celular y revisó sus mensajes, como tenía pocos chats era normal que casi no entrara a ver la aplicación.

Al voltear a ver la fila, Cass accidentalmente chocó con Rapunzel quién llevaba su almuerzo en su bandeja, por suerte nada se había echado a perder y ambas se miraron.
-disculpa Raps, no fue mi intención- decía la pelinegra llena de vergüenza.
-esta bien Cass- la rubia sonrió como solía hacer- yo venía distraída, no fue tu culpa-
-¿segura, Rapunzel?- volvió a preguntar la chica bastante preocupada, sinceramente su mente no estaba en la tierra.
-claro que sí- Rapunzel le mostró una mirada serena, lo cual relajó un poco a Cassandra.
-y.. ¿que tal tú día Raps?- Cassandra recogió la bandeja y se la entregó a su amiga.
-muy genial, me parece nuevo todo lo que hay en la escuela- Rapunzel se acercó a Cassandra- aunque no dejan expresar mucho a los estudiantes que no sean tan buenos en materias como matemáticas, física o cosas de ese estilo-
-si, por lo general los artistas los tienen separados como en clubes extracurriculares al igual que a los deportistas o gente que no tienen esos talentos- explicó Cass.
-¿como nosotras?- preguntó la rubia.
-exactamente- respondió la pelinegra con naturalidad- oh.. ¡pero eso no significa que no seamos menos que ellos!-
-esta bien Cass- Rapunzel intentó no reir- lo entiendo, por cierto ¿lista para nuestra tarde?-
-claro- sonrió Cassandra, la verdad ansiaba que ya pasaran las horas para poder conocer mas de su nueva amiga.
                    Continuará....
¡hey! ¿que tal chicos? Esta vez les traigo un pequeño especial de dos capítulos, obviamente de una duración un poco mas larga que de costumbre.
¡disfruten el capítulo!






El sonido de un teléfono se hizo presente en la estación de policía de Corona, el timbre siguió sonando durante varios minutos hasta que habló la contestadora automática.
-¿hola? Este mensaje será rápido, solo quiero que sepan que pronto saldré de mi condena, ya tengo los papeles listo para el juicio, pronto vendré por lo que he dejado en el pasado; nos vemos-

Fue que la llamada se cortó y la oficina del capitán quedó en completo silencio, volviendo a estar sola como antes.

The drop of the Sun and The Moon (Cassanzel Modern!AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora