Aᥣmᥲs Eᥒᥴoᥒtrᥲdᥲs · Tom Rιddᥣᥱ [2] ✔

3 - El regreso

-Arlette-

Me encontraba sentada sobre la cama al lado de Ron, Hermione estaba frente a nosotros. Llevábamos un rato hablando sobre lo sucedido el año pasado, sobre como Dumbledore les había pedido que no nos dijeran nada sobre el cuartel general ni nos enviaran ninguna carta. También me explicaron un poco sobre la Orden pero me dijeron que a ellos no les dejaban entrar a sus reuniones.

—No puedo creer que Dumbledore os haya pedido eso—me quejé inmediatamente.

Me indignaba el hecho de que el director Dumbledore intentara alejarnos, lo notaba a diferencia de Harry el cual no se enteraba nunca de nada.

—Tendrá sus razones—contestó Hermione mirando la puerta de la habitación.

—Chicos—llamé su atención—El otro día me llegó una carta del ministerio.

Hermione enseguida se acercó a mí preguntando con la mirada, mientras el pelirrojo me miraba con el ceño fruncido.

—El otro día estábamos Harry y yo en un parque y nos atacaron un par de dementores. No tuvimos más remedio que defendernos con el patronus, pero el ministerio no cree que haya sido en defensa propia por lo que me han expulsado de Hogwarts temporalmente, mañana se celebrará la vista.—les expliqué.

Sus rostros en aquel momento eran un enigma. Sabía que a mi mejor amigo también le había llegado la carta avisándole de lo sucedido aquel día.

—P-pero eso no puede ser posible. Dementores en Privet Drive, qué locura—dijo Hermione.

Los tres nos quedamos en silencio al escuchar pequeños pasos fuera de la habitación. Nuestra mejor amiga se levantó enseguida y se aproximó hasta la puerta mientras que el pelirrojo y yo seguimos sentados con el periódico sobre la cama.

La puerta se abrió lentamente y no nos dio tiempo de diferenciar quien se encontraba ahí ya que Hermione lo abrazó rápidamente. Cuando se separaron pude ver a Harry sorprendido por el susto que le había dado pero enseguida se acercó a nosotros y nos saludó también.

—¿Estás bien?—le preguntó Hermione preocupada.

A veces pensaba que Hermione trataba a Harry como si fuera su madre, de verdad.

—Arly nos ha hablado del ataque de los dementores —siguió hablando ella sin dejar de respirar—tienes que contárnoslo todo.

—Déjale respirar Hermione—dijo Ron al fin.

Hermione lo ignoró y continuó hablando:

—Y la vista en el ministerio, es indignante, no pueden expulsaros.—respiró—es completamente injusto.

Harry se sentó a mi lado.

—Sí, sí, pero ya estoy acostumbrado a esto.—echó un vistazo a toda la habitación—¿Qué lugar es este?