Aᥣmᥲs Eᥒᥴoᥒtrᥲdᥲs · Tom Rιddᥣᥱ [2] ✔

35 - Pelea en el baño

-Arlette-

El tiempo fue pasando y cada vez la cosa iba empeorando. Las desapariciones se hacían más habituales y el miedo de las familias se podía leer en los periódicos.

Sucedieron demasiadas cosas los últimos días. Dumbledore le enseñó un recuerdo a Harry, uno que según él era imprescindible. Suponía que Dumbledore quería confirmar la sospecha de los horrocruxes, así que Harry fue a hablar con el profesor Slughorn pero no obtuvo mucho. Por otro lado, intentaron cautivar a Harry con chocolates repletos de filtros de amor que Fred y George vendían en su tienda, pero desgraciadamente se los comió Ron y terminó falsamente enamorado de Romilda Vane. Harry lo llevó con Slughorn para romper el hechizo pero el pelirrojo acabó en la enfermería ya que se envenenó. Dumbledore me dijo sus sospechas, que Draco había puesto el veneno en la botella para él.

Me preocupaba cada vez más por el rubio. Se acercaba el fin de curso y no quería que se convirtiera en asesino, él no lo era.

Lo que más me gustó de la semana fue ver al fin la ruptura entre Ron y Lavender Brown. Todos fuimos testigos de los susurros enamorados del pelirrojo llamando a Hermione en sueños. Lavender se fue corriendo con lágrimas de cocodrilo.

En ese momento nos miraba como si quisiera asesinarnos.

—¡Vale ya, Ron!—le dijo Hermione.

El pelirrojo miraba con miedo a Brown mientras que con su varita estaba provocando que varios copos cayeran sobre la mesa. Me senté con los leones ya que en mi mesa no me sentía a gusto, me sentía mejor estando junto a ellos.

—Ron—le llamé con una sonrisa malévola—provocarás que venga el invierno de nuevo. Relájate Weasley.

Él simplemente rodó los ojos.

Harry estaba leyendo un libro mientras que con su mano libre limpiaba la mesa repleta de copos de nieve.

—Contadme de nuevo cono rompí con Lavender—nos pidió Ron.

Miré a Hermione y sonreí de nuevo. La situación me parecía divertida.

—Cuéntale, Herms—la animé.

Recibí una patada por parte de Harry. Se la devolví inmediatamente.

—Bueno...—murmuró ella algo nerviosa—vino a verte a la enfermería y hablasteis.

Rodé los ojos al escucharla. Me parecía adorable su nerviosismo pero a la vez no me gustaba que no le contase lo que de verdad sucedió. Ellos se amaban.

—No fue una conversación particularmente larga—intervine llamando la atención del pelirrojo.

—¿Y tú por qué estás tan animada hoy?—me preguntó alzando una de sus cejas. Yo por mi parte negué aun sonriendo haciéndole saber que no era importante, por lo que siguió hablando—No me malinterpretes, estoy encantado de librarme de ella, aunque parece muy mosqueada.