UN HOMBRE SOLITARIO

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UN HOMBRE SOLITARIO:

Sakura estaba parada frente a la Hokage, la cual parecía estar estudiando cuidadosamente algunos informes. Su semblante era de concentración absoluta, y no parecía prestarle atención a la joven de cabello rosado que permanecía frente a ella. Para su mala suerte Shizune no estaba presente, ella hubiera armonizado la escena, con una sola mirada le hubiera advertido si estaba en problemas, si todo estaba en orden y si se trataba de alguna misión para ella. Pero nada, la kunoichi no tenía ni pista de si eran buenas o malas noticias.

Por fin la Godaime levantó la vista, dejó a un lado los papeles y Sakura no pudo evitar echar un vistazo rápido, eran los informes del día anterior, los que ella había elaborado cuando atendió al grupo ANBU. Inevitablemente se puso más nerviosa de lo que ya estaba, pero evitó demostrarlo, a la legendaria Sanin no le gustaba la inseguridad en su joven alumna y ella trataba de no evidenciarse cuando estaba en su presencia.

-Sigues siendo insegura, Sakura – aunque muchas veces no lo lograba – Como ya debes saberlo, estaba revisando los informes del día anterior. Sé que no fue un verdadero reto para ti, sus heridas no eran de cuidado; aun así, hiciste un trabajo impecable. Has demostrado que, tanto Shizune como yo, podemos confiar en ti. Tu progreso ha sido impresionante, y es momento de avanzar. Volveré a encargarme de tu entrenamiento personalmente.

-Gracias, Tsunade-sama – la joven médico habló con un tono sentimental. Estaba más agradecida de lo que podría expresar, y seguía luchando por no ser tan evidente -¿Necesita que siga atendiendo al grupo ANBU?

-No, eso no será necesario – la Godaime reunió todos los papeles en una sola pila - Los próximos días los tendrás libres, los necesitarás antes de comenzar con el entramiento.

-Entendido, Hokage-sama.

-Estoy orgullosa, Sakura. Fue la mejor decisión tomarte bajo mi cargo, te convertirás en una gran médico – la Godaime parpadeó un par de veces, como si por un momento se hubiera perdido en el tiempo, recordando épocas pasadas, recordando seguramente la última alumna que tuvo, que quizá no pensaba tener a otra, que ahora estaba confiando en una jovencita para entregarle sus habilidades. También era una sentimental, sólo que no lo aceptaba – Puedes irte. Te veré en cuatro días. Procura descansar, porque lo necesitarás.

-No la decepcionaré, Maestra.

La joven salió de la Torre Hokage completamente motivada, no quería descansar, quería ir al Hospital y seguir perfeccionando sus habilidades. Pero sabía que, si la propia Sanin le recomendaba descanso, sería mejor obedecerla. Le esperaba un entrenamiento duro y exhaustivo, debía seguir mejorando y no tendría una mejor oportunidad. Así que descansaría, podría acompañar a Naruto durante sus entrenamientos y pasar más tiempo con él.

Suspiró completamente satisfecha, el equipo siete estaba progresando, tanto su rubio amigo como ella, habían mejorado de manera extraordinaria. Y no era para menos, sus maestros eran dos de los legendarios Sanin. Y qué decir del encargo del equipo, "el ninja que copia", una leyenda de la Guerra, talentoso y reconocido a cualquier lugar donde fuera. Naruto y ella habían estado rodeados de grandes maestros, y necesitaban aprovecharlos.

-¡Frentona! – Ino interrumpió sus pensamientos – Hacía días que no te veía, necesitamos un tiempo para nosotras. Tengo tanto qué contarte.

-Pues resulta que tengo unos días libres, Ino-cerda, así que tengo tiempo para escuchar todo lo que quieras contarme.

-¿Por dónde empiezo?... – la tomó del brazo y la llevó consigo.

Extrañaba las conversaciones con su amiga, y ese descanso le vendría bien. Tendría tiempo para ella, para descansar, para disfrutar un poco de la compañía de sus amigos. Tomar un poco de aire fresco, asimilar lo que estaba pasado en su vida, darse un respiro y tomar fuerza para ver a su sensei, para dejar de evitarlo. Ese era su objetivo principal, y debía cumplirlo, aprender a verlo como antes lo hiciera. Dejar de notar lo atractivo que era, lo inteligente, seguro, talentoso, interesante, misterioso y todo lo demás... Necesitaba un descanso, desencantarse de ese hombre.

DOS VIDAS CONTIGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora