REFLEJOS

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El mar se extiende ante mis ojos, tan vasto e imponente, sin fin. La brisa acaricia mi rostro, jugando con mi cabello al viento. Me sostengo en la barandilla, observando con fascinación, cómo las olas se rompen en la playa, mientras el sol se pierde en el horizonte y me quedo mirándolo. En la barandilla de la ciudad, quedé prendida de ese reflejo. Un instante que invitaba a soñar, a dejarme llevar por el eco. El sol va cayendo y el mar se va tiñendo de dorado. Es tan bello el paisaje que se crea, que sin querer me vuelvo a quedar perpleja. El reflejo se va, dejando solo la imagen del mar. Mas sé que volverá, para que de nuevo vea mi reflejo en el mar. Así en esa baranda de la ciudad, encontré mi paz. Mi reflejo, la felicidad, en este mar que nunca me dejará.

LUCES Y SOMBRAS: POESÍA DE VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora