Capítulo 1 - Ser valiente.

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He decidido finalmente hablarle a JiMin, no pienso irme este día sin haberle al menos dicho "Hola" ¿Por qué tendría que ser tan difícil? ; sólo es un saludo, nada más.

Mientras esperaba que aquel rubio llegara me puse a ejercitar, me senté en una de las máquinas de ejercicio y comencé a hacer pecho queriendo marcar aún más mis pectorales. El novio de Jimin estaba mucho más marcado y eso me generaba molestia, ¿de verdad a él le gustaban los hombres así de fuertes?

Finalmente fueron las cinco y lo vi entrar, era bastante puntual, nunca fallaba. Mis ojos recorrieron toda la esbelta figura del muchacho rubio, probablemente si alguien se hubiese dado cuenta de mi mirada me habría llamado pervertido e incluso asqueroso por verlo con tanto deseo. ¿Cómo no hacerlo? si traía un pantalón de lycra que resaltaba sus bonitos muslos y su gran trasero; estaba tan embobado con la presencia de JiMin que ni siquiera me percaté de que alguien me estaba hablando, de hecho, me sobresalté cuando tocó mi hombro.

—¡Si no vas a seguir usando la máquina, mueve el culo! Parece que se te cae la baba.—Exclamó y yo avergonzado me levanté tomando la toalla que tenía a un lado.

Yo estaba con un buzo gris y una polera blanca holgada que se pegaba un poco a mi cuerpo debido al sudor, yo sabía que tenía atractivo porque muchas chicas del gimnasio me habían pedido el número y reiteradas veces salir, ¿cómo podían llegar a ser tan arrastradas al punto de seguirme? Una vez pillé a una fuera de mi departamento fue horrible.

Miré a Jimin quien me estaba mirando con una pequeña sonrisa en sus esponjosos labios rosados—Tan besables y mordisqueables...— ¿acaso se estaba riendo por cómo me habían tratado?; era un mocoso burlón. Apenas notó que lo descubrí se sonrojó y se volteó para irse a otro lado «Bendito seas dios, gracias por premiarme con tan maravillosa vista a un rico durazno que me quiero puro comer. Amén.» ; sí, era todo un pervertido y lo admitía de primeras, yo era una persona tímida pero con una imaginación que superaba con creces la de la autora de las cincuenta sombras de Grey.

—¡Lo tengo!—Exclamé con una sonrisa victoriosa en los labios.

No me importaba que me mirasen como un loco por ello, porque estaba más que feliz, por fin tenía una excusa para hablarle a Jimin, quizás no era la mejor de todas pero por el momento era lo único que tenía y a lo que me podía aferrar. Debía aprovecharla y no cagarla, tenía que salir todo perfecto pero también natural. Mierda, estaba nervioso, como si fuera a conseguir más que un 'Hola' y ahí es cuando mi imaginación entró en acción; yo lo tomaba de la cintura y lo besaba con tanto desespero mientras caminábamos hasta chocar contra uno de los cristales el cual quedaba empañado por lo caliente de nuestros cuerpos y hubiese pensado en más de no ser porque otro tipo chocó conmigo.

—¡¿Qué haces parado en medio del camino?! Si no vas a hacer nada productivo ¡mueve el culo!

Vale. Segunda persona que me dejaba en vergüenza y me decía que moviera el culo.
Suspiré pesado y caminé en dirección donde se había ido JiMin, pasé al sector donde habían colchonetas, pelotas , unas pesas y una barra busqué de inmediato al rubio al cual encontré recostado en una de las mencionadas colchonetas rojas, estaba haciendo abdominales. Que lindo se veía. Me iba a acercar hasta que vi como su M A L D I T O novio se acercaba de forma territorial y se agachaba para afirmarle sus piernas aunque realmente se veía que no lo necesitaba, creo que era primera vez que lo hacía porque la expresión de Jimin fue de sorpresa, sin embargo, terminó por sonreírle dulcemente a su chico. «Que afortunado es..y perdí mi oportunidad.» estaba frustrado y con el entrecejo fruncido. Sin más, ante de que algún idiota me dijese 'Mueve el culo..' me dirigí a la barra a la cual me afirmé para comenzar a subir y bajar con fuerza y cierta rapidez; estaba enojado y me daba igual todo ya.
Desde que lo vi conocí facetas de mí que jamás pensé que existirían, por ejemplo, el ser extremadamente celoso y posesivo. Pero Jimin no era mío y lo veía muy lejos de mi alcance.

—Hey, tranquilo viejo. No te querrás lesionar.—Dijo un chico que esperaba que bajase de ahí. En respuesta me encogí de hombros y salí de aquel sector para ir a la corredora, haría un poco de cardio y me iría a casa a golpear la pared. Prefería sufrir en soledad, sin que alguien me dijese algo porque estaba que explotaba.

—¡Hey! Dis-..

—Si me vas a decir que mueva el culo ya lo estoy haciendo, ¿ok? maldito mundo, quiere verme arder hoy.

—Deberías ser más cortés.. sólo quería devolverte esto..—Mierda, había estado perdido en mis pensamientos que no había reconocido la voz de JiMin.

Me volteé de inmediato y me lo encontré con sus mejillas un tanto rojas y su cabello ligeramente desordenado; tenía en una de sus manos una toalla color verde, se parecía mucho a la mía, espera, dijo devolver, era mía y estaba en una de sus bellas manos.

—¡Uish! ¿Siempre estás en las nubes?

—Quisiera estar en las tuyas..—No podía creer que había dicho eso. Claramente me refería a su esponjoso culo redondo tan bonito que tenía, pero ni siquiera había confianza ni nada. «Tu única oportunidad y ya la habías cagado, ahora la recagaste.»

—¿QUÉ?—Noté como sus mejillas se ponían altamente rojas, mucho más que antes y me tiró la toalla a la cara y se fue como un niño ofendido sin que yo pudiese decir algo al respecto.

Había metido la pata y muy profundo, ¿qué haría ahora?

Tomé la toalla que había caído al suelo luego de golpear mi rostro y corrí hacia JiMin pero ahora estaba con su novio, quien lo abrazaba por detrás susurrándole cosas al oído.

—Que asco.

El Gym - KOOKMIN ft Wonho.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora