𝑡ℎ𝑖𝑟𝑡𝑦 𝑡𝑤𝑜

754 35 0
                                    

Quédate, que noches sin ti duelen...


ESPERANZA;

Me desperté a las cuatro de la tarde, creo que nunca me había despertado tan tarde en mi vida, se nota que necesitaba vacaciones. Me estuve duchando y quise bajar para poder desayunar, bueno, a lo mejor a estas horas sería merendar. Bajé las escaleras, con cuidado de no caerme ya que seguía un poco adormilada, al parecer estaban todos en el salón.

Joder.

Que les tengo que ver siempre la cara. Les salude con la mano a todos y me fui a la cocina a beber agua y comerme algo rápido. Luego volví al salón y me senté. Fruncí el ceño al ver que todos estaban de pie hablando animadamente. Miré la mesa del centro, habían porros desarmados, mecheros, además de sustancias. Com confianza cogí lo necesario para poder armarme yo un porro. Nadie sabía que fumaba, ni siquiera mi prima.

Me sobresalté al escuchar una voz a pocos centímetros de mí. Alcé la mirada.

—¿Que cojones haces?—Mateo me quita el porro, que se encontraba entre mis labios. Está enfadado

—Pues fumar ¿no lo ves?—Le respondí con mala gana—¿Que crees que haría con un porro?

Mateo lo tiró a la basura, destruyéndolo en pedazos. Pude sentir todas las miradas, estaban puestas en Mateo y en mí. Lo miré desafiante.

—No tienes derecho a quitármelo, puedo hacer lo que quiera con mi vida—Estábamos cara a cara, y yo intentaba intimidarlo

—Me da igual, Esperanza. Intento que no destruyas tu vida—Empezó a tensarse

—¿Y a ti que te importa? Como si quiero sentarme en las vías en un tren—En verdad, no sería mala idea

—Parad ya, chicos. Estáis exaltados—Nacho se acerca a nosotros—Mañana os invito a todos al estudio, ¿que os parece?

Todos estuvieron de acuerdo, menos Mateo y yo, que nos seguíamos mirando desafiante.

LOCURA ☆ Trueno y EckoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora