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La tarde para Kagome paso volando, ¡estaba tan emocionada! No sólo había conseguido un empleo, si no también un techo dónde descansar por las noches, sin temores por si llovía o pasaba frio. Cosa que no hacía ya desde hace demasiado tiempo.
En un revuelo de emociones llamo a su madre adoptiva con una emoción desbordante .

-¿Hola ma?

- ¡¡¡Kagy querida!!! Al fin te acuerdas de tu madre!!- Yura era su madre adoptiva, sinceramente un amor de persona. No podría haber encontrado a alguien mejor- y Cuéntame, ¿ya te has instalado en Nago, o aún andas de pordiosera?

- ¡Madre!- reprochó ella- no digas esas cosas!

- Jajaja, lo siento, lo siento- y suprimiendo una sonrisa continuó - Ya, sabes que estás muy lejos, sólo estoy tratando de ver el lado bueno de esto.

- Lo sé. No te preocupes. Llamaba para avisarte dos cosas. La primera es que tengo dónde dormir, puedes estar tranquila. Y la segunda es que, ¡¡tengo un empleo!!- la emoción de la pelinegra que desbordaba en cada palabra, llegó para alegrar a su intranquila tutora.

- ¡Por Dios hija! ¡No lo puedo creer! ¿Cómo que tan pronto?

- Ay ma- suspiró - me encontré con una anciana caída del cielo. Ella me consiguió el trabajo y el lugar en dónde duermo, aún no les conozco, pero deben de ser un amor de personas.
Ahora estoy acomodando las cosas pero mañana comienzo a trabajar en esta heladería.

-¿Una heladería?!- exclamó asombrada.

- ¡Si ma! ¿Puedes creerlo? Ya cumplí uno de mis sueños.

- Hija tengo algo que pedirte- su voz se había tornado tan seria que Kag temió lo peor.

- Ma...no me asustes.

- Sólo quería advertirte, porfavor, por favor hija, no fundas ese lugar, no lo lleves a la quiebra o disolución .

-¡Madreeeee!- luego del chiste de su madre pudo respirar ondo. Y el miedo de ese momento se disipó- no lo haré te lo prometo- río.

- Y ahora dime...¿algún chico guapo?

- Ahora que lo mencionas , si, hay uno. Su nombre es Miroku, es muy mono y su personalidad es igual a la mía.

- Uyyy, entonces los de su entorno van a que tener que cuidarse. Tu eres dinamita, y con dos como tú...

- Ya - le cortó divertida- ya te he hecho de payaso por hoy. Me da gozo al saber que te alegro el día pero el deber me llama.

- Jijiji, lo sé amor. Te dejaré en paz. Pero recuerda por todos los dioses, si tu migraña vuelve, visita enseguida al neurólogo.

- Lo sé, pero despreocupate-respondió restándole importancia- hace años que esos dolores no vuelven, no creo que lo hagan ahora.

- Okey. ¡Te Amo! Cuidate y enviame señales de vida cada dos días ¿si?

- ¡A sus órdenes mi sargento!- bromeó ella- cuídate y me saludas a Kikyo!!!

- Chao amor y Claro, tus saludos serán enviados.

Con besos y promesas de verse pronto, ambas se despidieron una de la otra, sin saber que su reencuentro sería más pronto de lo ya planeado.



-Amorrrr- gritaba eufórica una joven rubia de ojos verdes mientras corría hacia la salida de las canchas de basketball que se hallaban en ese lugar.

-Kathia- susurró él con una leve sonrisa en su rostro- has venido.

- Como si eso no fuera a suceder- balbuceó por lo bajo avergonzada por ver a su novio sin camiseta, mostrando ese cuerpo bien tonifocado que haría caer las babas a cualquiera.
El joven la abrazó y depósito un pequeño beso en la frente de ella.

"¡Mirame!"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora