#12

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#12

A veces la cabeza nos avisa y nos hace entender que ya es tiempo de pasar página, aunque nuestro corazón dicte todo lo contrario.
Y es en estos momentos cuando uno se encuentra entre la espada y la pared. Como yo en este mismo instante.

-Habla- la voz molesta y furiosa de Bankotsu, no hace más que atemorizarme. Pero de todas maneras, no baja de nivel, logrando que su mirada me traspase.
-Por favor, no tengo nada que decirte, mantengamos la fiesta en paz, te lo pido nuevamente. Vete de mi cuarto- él chasqueó la lengua molesto.
-Con que no tienes nada que decirme, espera, deja que te refresque la memoria, a ver si quizás yo esté errado. Primero, hace más de una semana que me esquivas, me ves y huyes a tal grado, que hasta te has llevado a personas por delante.
Luego, llega ese noviecito chulo tuyo y yo quedo fuera de plano. Fuera de juego, y con eso fuera de tu vida.
Y por último, pero no menos importante, te llevas bien con mi supuesta "novia"¿Desde cuándo son grandes amigas si a legua se notaba que ambas se querían arrancar el pellejo?
Hay muchas cosa que no me cierran Kag y quiero que las hablemos.
Me estoy volviendo loco, no puedo tenerte cerca, sin querer abrazarte, besarte y demostrarte mi amor a cada rato- sus palabras dolían, pesaban tanto ¿Porqué? Porque todas eran ciertas. Cada una de ellas.
-Maldición- ya no podría evadirle por más tiempo.
-Esa boquita nena- en una milésimas de segundos lo tenía delante de mí.  Mis ojos bajaron al pulcro piso del cuarto. Me puse a ver como eran de lindas las baldosas, estas estaban intercaladas de dos en dos, las de afuera poseían un azul fuerte, como los ojos de Bank, y la internas eran más parecidas a los ojos de Koga. ¡Demonios! ni mi via de escape me la ponía facil.

Sentí unos dedos deslizarse por mi mentón con sumo cuidado, logrando que nuestras miradas salieran al encuentro. Sus ojos penetrantes y persuasivos tenían toda mi atención.

-Por favor, deja de contar las baldosas- abrí grandes mis ojos ante su declaración - necesitas enfocar una nueva vía de escape- dijo con una sincera sonrisa ladeada.

Lágrimas escapaban de mis ojos y una imagen borrosa se posó en mi subconsciente logrando que con ésta, una puntada muy dolorosa se instalara en mi sien derecha.

-¿kag?¡Kag, demonios!- sus brazos me envolvieron cuando  se sentó en el suelo, llevando mi cuerpo con él ...luego, no vi más nada...

***
- Te eh dicho que me gustas más veces de las que puedo creer recordar, te quiero viviendo conmigo. Quiero que seas la persona que vea al apenas abrir mis ojos y la última que mis pupilas detallen antes de conciliar el sueño por las noches. ¿Cuantas más vueltas le darás a lo nuestro? Estamos echos el uno para el otro.
Tú eres el yin de mi yang.
Eres mi complemento Kag.
- Es que no estoy segura- respondí con nerviosismo. Él siempre me ponía nerviosa, no de mala manera como en un principio, si no al contrario, notaba como al tenerle cerca mi cuerpo sintiera cosas raras, sensaciones fuertes.
-¿De qué no estas segura nena?- preguntó tomándome de mis caderas- Ya lo eh dejado todo por ti, ya no hay noche de borracheras o marihuana, ya no ando en pleitos ni en cosas ilegales. Hasta me encarrilado a estudiar para ser merecedor de tu amor y un buen sostén para el futuro que planeamos juntos.
¿Porqué dudas?
-Dudo porque no creo ser suficiente.  Mira todo el esfuerzo que Tú has echo para llegar hasta aquí! ¿¡ y que eh echo yo!? ¡Nada!
No quiero que sientas que soy un ancla mientras tú progresas.
Siempre odié las piedras de tropiezos, y yo no quiero ser una- ya está, lo dije. Si bien el dejó toda la mierda atrás, yo seguía estancada. No tenía visión a futuro, lo amaba, lo amaba tanto que dolía.  Salimos de un amor tóxico, a tener una de las mejores relaciones habidas o por haber, eso me enorgullecia mucho.

Por mucho tiempo mis amistades me decían que lo dejase, que personas como él nunca cambiarían, por nada, menos por alguien.  Y ahora ese chico, criticado y apartado por la sociedad, la escoria del mundo, les había cerrado la boca a todos.
Estuve a tiempo de tocar fondo con él, error, toqué fondo. Pero cuando lo hice sólo me ayudó a impulsarme para tomar fuerzas y salir a flote, para sacarnos a ambos a la superficie.

Él era mi oxígeno.

-Kag- su voz, fué como una dulce caricia- yo era una simple montaña de escombros. Si soy alguien hoy en día es gracias a ti, porque luchaste por mi, por un nosotros y por el mañana. Tú me sacaste desde escombro... tú me diste vida.

***

-Shhh, la van a despertar- ¿Quién estaba en mi cuarto? Mis párpados pesaban y me costaba reincorporarme.  De golpe la puerta se abrió bruscamente y todos se quedaron en silencio.
-¿Tú que haces aquí?- esa era sin dudas la voz de Bankotsu. Se notaba encolerizado y frustrado.
- Es mi novia la que está en esa cama. Que no se te olvide- ese era Koga, y se oía igual a Bankotsu ¿Acaso ya se había enterado quién era realmente Bank? Yo no le había comentado nada, porque aún no tenía nada en concreto a lo cual aferrarme.
-y ninguno aquí es indespensable- interrumpió Kanna- Mi amiga...
-Nuestra amiga- añadió Sango.
-Hmm, hmmm- garraspeó volviendo al tema- nuestra amiga está postrada en esa cama y aún no sabemos el motivo.
- Yo lo sé - por favor, por lo que más quieras cállate niño bonito, no digas nada.
-¿A qué te refieres?
- Me refiero a que.......- y me perdí otra ves...

****

- Me encanta que hagas eso- me podría acostumbrar a escuchar solo su voz ¿cómo podía ser posible?
Estaba en una casa, en el segundo piso, relativamente en la puerta de un cuarto, iba a ingresar, pero nuevamente las voces me sacaron de hilo.
-A mi me encantas tú - si...ese era Bankotsu.  ¿Acaso era un nuevo recuerdo?

Procuré bajar por las escaleras en silencio, yo podía verlos, pero ellos a mi no. Estaban en un sillón de dos cuerpos color beige. El salón era enorme y bastante decorado, al igual que la chimenea.
Encima de  esta, habían cuadros de todo tipo, pero eran familiares. A lo lejos no podía distinguir quienes eran los protagonistas de la fotos, pero temía acercarme por ellos. Mi otro yo y él.

Sus carcajadas me hicieron desviar la mirada a ellos otra ves y de un santiamén me encontré frente a ellos.

- Yo lo siento, no sé como pasó esto, pero enseguida me retiro. Mil disculpas por...- intenté disculparme pero me callé, pasé  mis dedos frente a sus ojos, pero ellos no lo apartaban el uno del otro. Era invisible.
Estaba dentro de un recuerdo, recuerdo que estaba sepultado.

-¿Sábes cual sería nuestra palabra ideal cariño- preguntó divertido.
-Mmm, ¿cuál sería? Sorprendeme- me veía tan feliz siendo ella. Que me quedaban ganas de quedarme allí.  Ocultarse en ese recuerdo y no volver al presente.
-Cafuné- al oírlo sentí un pinchazo en el corazón, y me quedé allí contemplandoló, al Bankotsu de antes, al que era el amor de mi vida.
-¿Qué significa eso?- preguntó mi otro yo entre risas.
- Cafuné se le llama a la forma de expresar estas caricias que te estoy  haciendo en éste preciso momento, pasar los dedos por el cabello de la persona amada- y al terminar de decir eso, la tomó de la nuca y se dieron un beso lento y extendido. Haciendo saber el uno al otro cuanto se amaban.

Las lágrimas caían incontrolables por mi rostro, parecía que iba a sufrir una convulsión.

- Te amo- le dijo él a ella.
–Yo te amo aún más– respondió para luego pasar a besar su coronilla. 

Esa fué la cereza del postre.

***

Me senté en mi cama sollosando de forma frenética y descontrolada.
En un instante sentí brazos por ambos lados de mi cuerpo.

-Amiga, no sabes que susto nos has dado- dijo Kanna sollozando.
-Nos alegra tenerte de vuelta boba- añadió Sango.

Agradecí internamente, por tener a mi amiga de años y a mi nueva compinche en bromas.
Barrí con la mirada el cuarto y Koga no se encontraba en él.
Pero si se encontraba el dueño de mis recuerdos.
Estaba apoyado sobre el marco de la ventana que daba al balcón, cruzado de brazos y su mirada penetrante estaba sobre mi.

No pude divisar que era lo que cruzaba por su mente, pero lo que si hice fué apartar a mis amiga con suavidad y me puse de rodillas en mi cama y le hablé.

-Bank- pronuncié energéticamente.
-¿Si?- indagó entre preocupado y dudoso.
-¿Sábes que necesito ahora más que nada en el mundo?
- Lo que quieras- se apresuró en responder.
-Ca-Fu-Né- deletreé con lentitud.

En sus ojos apareció un brillo inusual y se abalanzó sobre mi cama, sin importarle las espectadores.
Colocó los mechones rebeldes detrás de mis orejas y me besó, suave, lento, dulce y tierno.
Su lengua se adentró a mi boca y comenzó a brotar un calor en mí.
Miles de mariposas estallaron de mi estómago, y me sentí como la chica de mis recuerdos.

Cómo la Kag enamorada ...

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⏰ Última actualización: Sep 11, 2021 ⏰

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