31 CEMENTERIO

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Está pequeña historia... Está ciertamente basada en los sentimientos que me dejase una persona muy importante para mí.

Aún te extraño

R

-Deberias irte, te hace daño que estés aqui-

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-Deberias irte, te hace daño que estés aqui-

-No digas tonterías Bakagami, este es el lugar en el cual debo estar-

-Hace frío, no te abrigaste bien ¿No te he dicho ya que cuides tu salud?-

Aomine se agacha al lado del pelirrojo, toma sus manos y las besa.

No puede dejar de ver el rostro de su amado, el bonito cabello rojo, las cejas raras de las que tantas veces se burló pero beso, los ojos chispeantes llenos de vida.

¿Porque abría de marcarse?

A lo lejos una voz llama su nombre, pero le ignora.

-No importa ya te dije, me quedaré aquí contigo-

Aomine ama a Kagami, es lo mejor que pudo haberle pasado después del básquet, los días de rivalidad, luego los de amistad.

Después la furia de no entender sus sentimientos y las constantes peleas con el mismo y el pelirrojo, después la aceptación y el esfuerzo para conseguir que le creyera que lo amaba.

Y luego la dicha de ser correspondido, los días felices llenos de amor y besos.

Estar ahí con el es lo único que desea. No dejarlo solo.

Nunca.

-Por favor Daiki, vete a casa, no nos torturemos así...-

Aomine llora ya sin poder evitarlo, se aferra a las piernas del pelirrojo y llora, con fuerza que desgarra su corazón con cada lágrima derramada.

-No quiero, quiero quedarme aquí contigo, para siempre. No me iré nunca por favor-

-Te amo Daiki, así que por favor, te lo suplico, márchate y déjame ser feliz, al menos aquí-

Aomine lo sabe, sabe que debe marcharse, la voz en su cabeza se lo implora, escucha el llanto, siente la piel tibia contra su cuerpo aferrarse y llenar su ropa de la humedad de las lágrimas.

-Te amo Daiki... Pero, debes marcharte, por tu bien, no hay futuro aquí para ti, conmigo-

Entonces de verdad lo escucha, las otras voces y grita. Grita con fuerza.

Kuroko le sostiene. Sus amigos, todos.

Kagami ya no está, no es su voz la que escuchaba, era el frío de la tumba frente a él.

-¡Taiga no puede quedarse aquí! ¡No puede!- grita con fuerza

Entre Midorima y Murasakibara le sostienen cuando Kuroko cede a llorar.

Kagami ya no está. Un hombre se a quedado dormido al volante y el, tan heroico como siempre, quitó del camino a un niño tomando su lugar.

Aomine está destrozado, llorando en la lápida dentro del frío y lúgubre cementerio. No quiere marcharse y es la quinta vez en tres días que tienen que ir a buscarlo.

Cada vez que entra al lugar ve a Kagami, habla con el hasta que tienen que llevarselo.

-Por favor... No me dejes solo- escucha cada vez que lo arrastran fuera de ahí, pero es solo su mente perturbada la que lo invita a volver cada vez al cementerio.

Aomine fue el último en ver a Kagami, el tomo su mano antes de morir, escucho de sus labios una súplica de que fuera feliz.

Pero Aomine no puede, no quiere.

Y quizá... No lo haga nunca.


Fictober AoKaga (Terminado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora