Esta es la cosa más estúpida que has hecho en toda tu vida [ AMOLAD ]

Capítulo 5 - Admiradores

-Tenías que haberle dicho que si, rancio, que eres un rancio. 

Tras esto, Vanessa apuró su copa de vino, indicando después con una mano al mozo del elegante local en donde estaban cenando, que se la llenase otra vez.

-Claro que no. Y menos después de decirme que me conocía de verme en el Boîte à Frissons. -explicó Des interrumpiendo el bocado que iba a llevarse  a la boca. -El tipo empezó a decir cosas como que "descubrir mi café había sido cosa del destino". Y no fue sólo lo que dijo, sino el cómo lo dijo. Al final la situación empezó a ponerme muy nervioso. Además ÉL acaba de irse. Así que sólo ruego porque no nos viese.

Tras ésta declaración Elisa lo miró de reojo pero continuó con el ceño fruncido sin decir nada, por lo que fue Vanessa la que exclamó pensativa:

-Pues tal vez deberías de haberle dado una oportunidad a tu "pretendiente". Tontear un poco con él. Divertirte. Y de paso ver si tu "Helios" se ponía celoso o no.

-¿Pretendiente? -cuestionó entonces el aludido con cierta mofa antes de negar parcamente con la cabeza con aire muy digno:

-No podría hacerlo Vanessa. Jugar con los sentimientos de los demás es imperdonable. Además ¿cómo esperaba aquel tipo que tuviese una cita con él? ¡Si no lo había visto en mi vida!

Mas el comentario finalmente arrancó una profunda risotada en Elisa, lo que obligó a Des a mirarla levemente avergonzado:

-¿Qué he dicho ahora?

-Nada -replicó la aludida tomando su copa, en su caso una llena de agua. -Es sólo que me hace gracia tu doble moral: Con tu anónimo "pretendiente"- 

-Elisa, por favor...no empieces a llamarlo tú también así - protestó Des incómodo pese a que su petición no fue tomada en cuenta en ningún momento. Por lo que la joven continuó divertida:

-... pues eso, que con tu "pretendiente" fuiste algo así como"Oh! bitch, please! que corra el aire." Pero con "Helios" bueno... digamos que te imaginé arrancándote la camisa, para después lanzarte sobre una de las mesas amplias del café mientras le gritabas algo como"¡Tómame! ¡Soy todo tuyo! ¡Así que dame duro contra el muro mi dios vegano de músculos imposibles!"

Y el mal intencionado comentario, así como las exageradas mímicas de la mujer mientras jugaba con su blusa, rápidamente arrancaron un profundo rubor en el aludido, quien se encogió en su silla completamente abochornado.

De tal forma que Vanessa no pudo evitar reírse entre dientes, consciente de que Des estaba otorgando con su silencio cierta validez a lo dicho, mientras Elisa continuaba resuelta:

-Así que es gracioso, que por un lado tienes muy claro que tú no tendrías una cita con un perfecto desconocido. Pero a la vez estabas a punto de lanzarte sobre alguien de quien sabes poco más que su nombre. Con quien has hablado a penas unos pocos minutos. Y si te dejo, por la cara que estabas poniendo, seguro que no te habrías conformado con pedirle su washapp y una cita. NO. Seguro que habrías terminado pidiéndole hasta matrimonio.

Y ante esta última acusación Des se atragantó, sufriendo un violento ataque de tos que terminó llamando la atención de todas las mesas vecinas. E incluso un par de mozos que trabajaban en el restaurante se acercaron, pero Vanessa les dijo que estaba todo bien tras terminar con su segunda copa de vino y pedir una tercera.

-¡¡Eso ha sido un golpe bajo Elisa!! -protestó Des con sus mejillas prendidas por un rabioso carmesí cuando consiguió el suficiente aire para ello. -Además, ¡yo no iba a-

-¡Pero si ibas a declararte! -Le cortó la chica irritada. -¡Deberías subirme el sueldo por impedírtelo!

-Vale sí, es cierto. -aceptó su amigo totalmente abochornado retirando la enorme servilleta de tela del restaurante de sus piernas para poder lanzarla contar la mesa. -Pero- ¡Pero es distinto! Yo le conozco desde hace más de cuatro meses-