02.

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El reloj marcaba las doce en punto y tal como lo había mencionado la chica la noche anterior, el recinto estaba más que vacío, sólo unas cuantas chicas que disfrutaban de una bebida y hombres de un baile exótico y a lo lejos le bella mujer que le hacía perder la cabeza al pelinegro. Sus manos temblaban y parecía ser la primera vez que trataba con una mujer pero venga, sus curvas eran magnificas y había algo en ella que nunca antes logró ver en las chicas con las cuales ha estado, es especial. Era temprano para beber pero él ya iba por su tercer vaso de whisky, bebió del recipiente como si no hubiese un mañana y sigilosamente se acercó a ella. 

—Hola —dando un toque a su espalda con el dedo indice hizo que la mujer girara sobre sus talones para verle. Rápidamente frunció el ceño tras no haberlo reconocido y al ver su reacción el pelinegro habló.  —Soy el chico que te llevo ayer —comentó con una sonrisa de oreja a oreja. 

—¿Jungkook? —ladeó un poco su cabeza y el nombrado asintió un par de veces y su corazón latió más de lo normal cuando supo que ésta no lo había olvidado. —Muchas gracias por haberme llevado hasta casa, eres muy amable —pero rápidamente toda su emoción se fue cuando le dio la espalda, era bastante obvio que no quería hablar con ella, pero no iba ser motivo para que dejara las cosas hasta ahí, quería algo más de ella. 

—¿Vamos a una habitación? —preguntó muy cerca de su oído. Quizá no había sido la forma más linda de invitarla a salir o de poder intercambiar unas cuantas palabras, pero su vestido color morado ceñido al cuerpo no dejaba procesar bien lo que realmente quería decirle. 

—Disculpa, pero no es así de fácil y resulta que en el día no trabajo —Jungkook hizo chasquear su lengua y vio como contoneaba sus caderas a la hora de caminar, entrando solamente donde las personas del lugar tenían acceso, suspiró con fuerza y se cercioró de que nadie lo viera entrar, no se iría con las manos vacías. 

—No sé si te lo dijeron pero tengo una cita contigo, creo que la conoces... su nombre es Jess —la castaña se detuvo y dio media vuelta. —Te pagaré lo que pidas, sólo quiero una cita contigo.

Nada, eso obtuvo como respuesta. El tema no era interesante para ella y encogiéndose de hombros caminó hasta el fondo del pasillo para entrar a una habitación y sin pensarlo dos veces Jungkook le siguió el paso, encontrándose a solas con la mujer que tanto había deseado los últimos meses. Cerró la puerta tras su paso y suspiró para contener la calma, pero algo en Minying decía que no quería verle y no estaba interesada en mantener una conversación con él.

—¿Qué edad tienes? —preguntó tomando asiento en la orilla de la cama. 

—Veinticinco —respondió usando el mismo tono de voz que ella. 

—No salgo con gente menor —fueron las únicas palabras que ofreció para él. Era imposible mantener la conversación cuando el sonido de un móvil interrumpió lo poco que habían hablado. La castaña con su mano indicó que abandonara la habitación. 

Hecho una furia salió del lugar sin siquiera pagar la cuenta de las tres bebidas que pidió, no estaba de humor y justo ahora lo que quería era encontrar a su "amiga" y decirle lo mucho que la detesta ahora. Minying era inalcanzable para Jungkook. Antes de entrar en su auto su móvil también sonó y al ver en la pantalla de quien trataba se calmó y tomó suficiente aire para atender la llamada. 

—¿Qué quieres? —su voz salió cortante cuando escuchó claramente la voz de su madre y se le hacía extraño, nunca lo llamaba a menos de avisar para cuando mandaba dinero. 

—Jimin quiere verte —y sin más finalizó la llamada. 

En el pasado nunca tuvo el valor de llamarla por "madre" porque no merecía tal título, pero gracias a ella se puede dar los lujos que hoy día tiene, aunque la mayoría son de él. Tiró de su cabello con fuerza y todo el enojo que tenía fue cambiado por tristeza porque muy en el fondo deseaba que algún día aquella señora le brindara el amor que hace con sus otros hijos, tampoco tenía el valor de llamarlos hermanos. Abrió la puerta del auto y otra interrupción se hizo presente tras escuchar la voz proveniente de una mujer. 

—¡Qué bueno que te encuentro! —la misma chica que lo ignoró hace un par de minutos le hablaba con una sonrisa y colocando ojos de cachorro. —¿Podrías hacerme un favor? Necesito que me lleves de nuevo en tu auto, ¿podrías? —su ropa era diferente, nada indecente y más cubierto y se dijo así mismo una vez más que detestaba verla tan abrigada donde no pudiera mostrar mucha piel.

—Tengo prisa —sin más se adentró y emprendió camino hacia el aeropuerto, su amigo de la infancia había llegado a Seúl. 

Aunque entre ellos siempre hubo rivalidad por ganarse el corazón de la mujer con la cual tuvo privilegio de darle un aventón hasta su casa. 


me gustaría saber qué les parece hasta ahora y qué creen que sucederá más adelante.):

ninfómano © jeon jungkook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora