El miércoles y jueves fueron días tranquilos, pero sin mucha demanda de Uber, con las justas había logrado los $50, sino hubiera sido por el viaje de Don Idiota no hubiera alcanzado a pagar el recorrido de los niños, por suerte ya no debía preocuparme por eso por lo menos hasta el próximo mes.
Durante los últimos días había escuchado un ruido extraño en el carro, rogaba que no fuera alguna cosa que reparar porque tendría que esperar para el próximo mes, este a duras penas había alcanzado para pagar los servicios básicos de la casa que, por suerte, mi mamá ya había acabado de pagar.
Escuché ese sonido durante todo el día, pero cada vez que paraba para alguna cosa me olvidaba de revisar y seguía con la duda de lo que le pasaba, era como que algo se arrastraba, pero siendo sincera me daba miedo saber qué era, si era algo del carro prefería no saber todavía.
Los niños habían empezado la época del año en el que tenían casas abiertas en la escuela y debían hacer proyectos de ciencias, con materiales bastante costosos que de una u otra manera tenía que conseguir. Ya había terminado la hora pico así que fui al centro comercial para buscar unos materiales que necesitaba Alex para el proyecto de física.
Debía buscar una tienda llamada Maxitec, se suponía que estaba en el primer piso, pero no lograba encontrarlo, busqué a un guardia o a alguna persona de limpieza para que me ayude, pero no había nadie.
- Buenos días- se me acercó una chica con un volante
- No gracias- respondí automáticamente, me estaba dando la vuelta para irme cuando la chica me llamó
- Ari...- me di la vuelta, a caso esa chica me conoce- Ari Mendoza
- ¿Sí? – respondí tratando de ubicarla
- ¿Marilyn?
- Sí... ¿Cómo estas? - me preguntó con una sonrisa, hace mucho tiempo que no nos veíamos, habíamos trabajado juntas en una tienda de ropa cuando tenía 18 y nos llevábamos muy bien, pero renuncié para participar en un concurso y perdimos contacto
- Todo bien y tú- le dije mientras nos abrazábamos
- Espera – se dirigió hacia otra chica que llevaba el mismo enterizo azul que ella- Voy ahorita a almorzar
- Pero son las 11- le respondió molesta la chica
- Pues si quieres que te cubra mañana, fingiremos que ya es la 1pm – Marilyn podía ser muy mandona cuando quería algo y ciertamente no había nada que no pudiera conseguir.
- Esta bien – respondió a regañadientes la otra chica, ella dejó los volantes que tenía en la mano en la isla de la marca que representaba se puso una chaqueta que le cubría el enterizo y se me acercó
- No te he visto en casi 3 o 4 años- me decía mientras me cogía del brazo y subíamos las escaleras hasta el patio de comidas. – Has sido muy ingrata, nunca me contaste si ganaste el concurso
- Sí, lo gané y estuve un año cumpliendo las responsabilidades del cargo
- ¡Y ahora como te digo, su majestad! Jajaja
Era muy agradable hablar con ella y parecía que el tiempo no había pasado, seguía siendo súper espontánea, conversamos durante casi una hora. Me contó de su nuevo novio y de como se habían llevado muy bien con su hijo de 6 años, le conté de mis sobrinos y de mi hermano.
Fue lindo tener con quien hablar, me pude desahogar un poco, pero noté lo preocupada que se puso cuando le conté mis problemas financieros.
- Yo con uno, a veces me vuelvo loca, no sé de verdad como haces con 4... con cuatro y que a aparte no son tuyos
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Aries
RomanceUn accidente de tránsito la obligó a madurar al hacerse cargo de sus cuatro sobrinos, con apenas 22 años Ariana Mendoza hace lo posible por mantener y criar a sus sobrinos, sin trabajo y con problemas legales, decide trabajar como conductora de Uber...