S E R E N D I P I A [Choi Soobin/ editando]

9

—¿A ti te gusta Beomgyu?—preguntó Soobin, mientras me miraba de cerca.

—Aaaa mi me gusta como amigo—
respondí con la voz temblorosa,  tenerlo así de cerca me ponía nerviosa.

—Está bien—respondió con una sonrisa de oreja a oreja

—¿Por qué lo preguntas, Bin—arqueé una ceja haciendo se Soobin suelte una leve carcajada.

—Emm.. pues porque le gustas a un amigo y a mi amigo le gustaría saber si tu gustas de alguien más— nunca lo había escuchado hablar tan rápido.

—¿Y quien es ese amigo?—

—Él me dijo que no te lo diga—

Yo soy ese amigo, tú me gustas y no sabes lo feliz que hace saber que tú no gustas de Beomgyu.

±¿Está bien?—dije confundida- pero dile a tu amigo que sí me gusta alguien, pero no es Beomgyu.

El pelinegro había borrado la sonrisa de su rostro _¿Quien te gusta?—preguntó.

—Es un secreto—-reí

Mi ángel sí gusta de alguien

—Dimeee, por favor—dijo mientras apretaba mis cachetes.

—Hey, suéltame—dije con la cara semi aplastada-

—Es que te ves tan tierna—

—No me veo, soy tierna—dije presumiendo.

—Tan tierna como para recibir esto—el pelinegro besó una de mis mejillas, sentí una especie de calor subir estás.

Me besó

—Oye, eso no es justo Binnie—intenté besar su mejilla, pero el volteó rápidamente haciendo quede a unos cuantoscentímetro de sus labios.

Me separé de Soobin bruscamente.

¿QUÉ ACABA DE PASAR?

—Yyyy yo.. no fue mi intención—dije nerviosa.

—No te preocupes—me dijo con una sonrisa.

¿Cómo puede estar tan tranquilo?

El resto del tiempo que estuvimos en la biblioteca, estuve nerviosa; Soobin volteaba a observarme y se reía. Me invitó a comer a una cafetería cerca de su casa. Salimos de la biblioteca, y caminamos hacia el lugar que no estaba tan lejos.

—Me gusta mucho el pan—

—A mi me gustan los pasteles— tragué saliva y pregunté algo que me tenía inquieta. —Binnie, ¿a ti te gusta Holy?—

Dime que no por favor

—No, Holy no me gusta— sonaba tan seguro —¿Por?—

—Ah, es que como los vi tan cercanos—
Me referí a hace poco que los ví caminando en la escuela.

—Es que ella es la que se pega como chicle a mi, me hace sentir incómodo y raro—

—Así es ella, pero le hablaré para que no te haga sentir así—

—Gracias, Jisunnie— Soobin tomó uno de mis cachetes y lo acarició suavemente.

—Ya, no hagas eso— dije enojada.

—¿Por qué?—preguntó con un muy tierno  puchero en la boca.

—Me molesta, todo el tiempo Beomgyu y tu lo hacen—

BEOMGYU I'LL KILL YOU

—Ah, está bien—

Llegamos a la cafetería y ordenamos chocolate y una pizza hawaiana (mi favorita)

DIOS MÍO HASTA COMIENDO SE VE TAN GUAPO

Siempre quise preguntarte, Jisunnie
¿Cuáles son tus sueños?

—Pues, tengo muchos entre estos: Casarme con un chico muy guapo, estudiar idiomas, trabajar como traductora, tener una casa bonita, viajar por el mundo y tener dos hijos . Incluso ya sé los nombre de mis hijos,  Natanael y Michaela.

—¿Nombre extranjeros?

—Sip—dije mientras tomaba un sorbo de chocolate —Por cierto, ¿sabías que Yeonjun y Beomgyu se apellidan Choi también? ¿De casualidad son familia?—

—Cuando salimos, Yeonjun dice que somos hermanos— el pelinegro mordió un pedazo de pizza.

—Pues, no es muy creíble eh, tu...tu eres más guapo— tomé rápidamente otro sorbo de chocolate.

—Gracias, Sun— el pelinegro rascó su nuca y sonrió dejándome ver sus hoyuelos—

—Haz eso de nuevo, por favor—

—¿Mis hoyuelos?—

—Si, por favor—

—Está bien—dijo mientras me enseñaba sus hoyuelos-

—Wow, son mágicos—

—Eres graciosa—dijo riendo-

—Y tú tienes unos hoyuelos muy hermosos—

El pelinegro se ruborizó levemente.

Terminamos de comer, y Binnie se ofreció para llevarme a casa. La mano de Binnie y la mía chocaban a cada momento, entonces él decidió tomarla y llevarme caminando hasta casa así.
Mis nervios estaban a flor de piel, pero el parecía disfrutarlo.

¿Yo le gusto? Los amigos no se toman las manos ¿no?. Eunwoo y yo nunca hemos hecho eso, ¿acaso es una señal?

¿Por dónde es?—

—Es el edificio blanco de tres pisos—

—¿Vives en este edificio?— su asombro era notorio.

—Emm, sí me acabo de mudar con mi familia—

—Yo vivo en el 2do piso—respondió emocionado.

Vivo en el mismo edificio del chico que me gusta

—Wow, genial—dije emocionada.

Me llevó de la mano hasta la puerta de mi departamento y se despidió. Quedamos en que nos iríamos a la escuela juntos todos los días y que él esperaría por mi.