Capitulo 4

855 76 14
                                    

Entre todo el alboroto, Vegeta sintió un Ki conocido para él, estaba alejado de todos, en una parte apartada de la gran azotea, mirando al cielo con expresión de gran tristeza.

Vegeta se escabullo de entre todos y se acerca a él colocándose a su lado:

- Sabes que a ella no le hubiera gustado verte así, Yamcha.

- Lo siento Vegeta, no quería incomodar, se que me odias y la verdad....

- No te odio....

-Pero?

- Bulma sentía un gran aprecio por ti, eras su amigo, eso lo respeto, además entiendo que también la llegaste a amar.

Yamcha bajo la mirada y sin querer sus ojos comenzaron a cristalizarse por las lágrimas.

- Yo no supe valorarla, mientras estuvimos juntos, la perdí por ser un idiota, aún asi ella me perdonó, era mi amiga, mi confidente.... Pero nunca deje de amarla...

Vegeta solo lo observaba, sabía el dolor que él sentía y aunque no le gustaba mucho escuchar que amaba a su esposa, respeto el hecho de que nunca intentó entrometerse o separarlos y que tuvo la valentía de decirlo en su cara.

- Pero mi consuelo es que fue feliz, con el hombre que amaba, su "hombre perfecto" como ella decía.

Quedó estupefacto, nunca se imagino que ella lo viera de ese modo y menos que se lo dijera a otros.

- Ella era perfecta....

Yamcha más tranquilo, limpia su rostro con la manga de su camisa, y le extiende la mano a Vegeta.

- Disculpame por todo Vegeta, gracias por permitirme desahogarme y te deseo lo mejor en tu nueva misión.

Vegeta extiende su mano, y aprieta con fuerza la de Yamcha, su conexión aún sin quererlo hace que ambos esbocen una sonrisa, Yamcha se despide y sale volando.

Vegeta se reúne de nuevo con los pocos que quedan en la azotea, se sienta justo al lado de Goku y ambos miran el atardecer.

No te preocupes por Trunks y Bra, yo los cuidaré con mi vida si es necesario, además podrás venir a verlos cada vez que quieras.

Vegeta seguía mirando al horizonte, sólo dijo a Goku :

- Sé que lo harás....

Luego de una pausa Vegeta dijo:

- Visitala a diario y no dejes de llevarle flores..

- Lo prometo...!

Un rayo de luz aparece en medio de los presentes y en este el señor Bills, el señor Wiss y el supremo kaioshin.

- Buenas tarde a todos, un gusto saludarlos.

- Señor Wiss, Señor Bills, Supremo Kaiosama, bienvenidos!!

-Señorita Bra, joven Trunks un placer verlos de nuevo - Dijo Wiss-

Bra es identica a Bulma - pensó Bills- me imagino lo doloroso que debe ser para Vegeta verla a diario, ahora entiendo porque Goku hizo lo que hizo.

- Lamentablemente esta no es una visita social, venimos por el señor Vegeta - dijo Shin algo apenado -

Si ya lo sabemos - dijo Bra con algo de melancolía - por cierto señor Wiss, aquí tiene... - Bra les entrega dos cápsulas - estan llenas de sopas ramen y algunos dulces espero sean de su agrado! -dijo ella con su gran sonrisa-

Bra sabía como mantener felices a los poderosos amigos de su familia.

Muchas gracias señorita Bra, es igual de generosa que su madre.

Todos quedaron en silencio...

Ya, ya... es hora de irnos - dijo Bills

Padre....

Bra y Trunks se acercaron a Vegeta, pero esta vez fue Vegeta quien sorprendió a todos al abrazar a sus hijos con todas sus fuerzas y de forma que nadie más que ellos escucharan les dijo:

-Son el mejor regalo que me dio su Madre, los amaré por siempre
-Y agregó -
Estoy... muy orgulloso de ustedes.

Los ojos de sus hijos se humedecieron al oír esas palabras que pensaron nunca escuchar, eran como un regalo de los dioses, mientras los presentes miraban estupefactos ese lado paternal de Vegeta que nunca se podía apreciar en público.

Vegeta soltó a sus hijos, y se acerco a Mai, colocando un pequeño beso en su mejilla, le sonrió y le dijo:

Cuida a Trunks, vela porque se haga más fuerte y cuida a mi nieto, vendré a conocerlo cuando nazca.....

Lo haré señor Vegeta, - dijo ella con lágrimas en los ojos -

- Eres una buena mujer, cuídate!

- Si!

Se acerca al señor Bill, al señor Wiss y al kaioshin y les dice:

- Estoy listo!

Se elevan y Vegeta los mira a todos diciendo:

- Nos veremos de nuevo!

Kai - Kai...
.
.

Aparecen en el templo de Zeno Sama y Wiss, Bills y el Supremo kaioshin se despiden de Vegeta para regresar a sus planetas.

El gran sacerdote lo estaba esperando:

-Bienvenido señor Vegeta, por favor sigame.

- Si, gran sacerdote...

Caminaron hacia una especie de portal, una puerta brillante que atravesaron y al instante aparecieron en un planeta enorme con un templo, en forma de biombo algo muy parecido a la entrada de la Corporación Cápsula, de inmediato Vegeta se sintió como en casa.

- Por favor póngase cómodo, en cualquier momento su ángel asistente asignado aparecerá, este será el encargado de comenzar con su entrenamiento antes de la ceremonia oficial.

Ahora me tengo que ir, tengo múltiples ocupaciones que no puedo descuidar, espero que Todo sea de su agrado - dijo el gran sacerdote sonriendo y enfatizando en la última frase-

Gracias - dijo Vegeta haciendo una pequeña reverencia sin entender porque lo decía.-

El gran sacerdote desaparece dejandolo sólo en ese inmenso lugar.

Vegeta se eleva y comienza a recorrer su nuevo reino, había animales, bosques enormes y muchos jardines, una hermosa cascada muy cerca al templo, entró caminado a este dándose cuenta que era enorme, lo recorrio todo hasta que llegó a la que seguro sería su habitación.

Al entrar se encontró con una gran cama y una pequeña mesa flotante junto a esta un pequeño sofa junto a la ventana y un estante lleno de libros antiguos y muy valiosos.

Vegeta miro esto y suspiro, sacó de su bolsillo una capsula y la lanzó, de esta sale una pequeña valija, dentro, una foto de sus hijos y una de Bulma; las colocó sobre la mesa flotante, sacó su dogi de entrenamiento, el último que Bulma fabricó para él, y lo dejo sobre su cama, dentro de la valija estaba aquel pañuelo, con el perdurable aroma de ella, lo tomó y lo coloco bajo la almohada, cerró la valija y volvió a convertirla en cápsula, uno de los más grandes inventos de la familia de su esposa.

Cuando se sintió instalado, decidió tomar una ducha y al salir del baño, notó que su dogi estaba en un rincón, como decoración, parecía colgado de un maniquí pero este era invisible, ahora era parte de su exhibición privada.

En cambio encontró los vestidos que le correspondería llevar de ahora en adelante.

Cuando se había vestido decidió bajar a la cocina buscando algo de comer.

Bajando las escaleras se detuvo al sentir un aroma muy conocido, su corazón comenzó a latir a toda velocidad, puso su mano en su pecho tratando evitar que se le saliera. Miles de recuerdos, llegaron a la vez a su memoria.

Aturdido y petrificado momentáneamente, escucho una voz familiar que le decía:

- Mi Señor bienvenido a su templo, yo seré su maestra y asistente personal.

Vegeta solo atino a decir :

- No puede ser... Esto tiene que ser una broma!

El Destino de Vegeta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora