| Lee Taemin |

6.3K 263 49
                                    

El magnífico silencio de su departamento era ahuyentado por el llanto desesperado de un bebé recién nacido, que se hallaba exactamente a lado de su habitación.

Sentía una leve molestia en su pecho al escuchar aquellos lloriqueos que mostraban la falta de una figura materna. De alguna forma cruel, deseaba no ver a esa criatura porque le recordaba al error que había cometido hace diez meses.

Hace un tiempo se encontraba siendo el chico más codiciado por todo el instituto donde estudiaba medicina. Era deseado por su cuerpo, su carisma y su forma de ver la vida.

Para su mala suerte aquellos atributos llamaron la atención de un chico poco "popular" por así decirlo, su nombre era Lee Taemin.

El chico lo buscaba después de salir de clases o cuando era hora de su descanso, y eso le causaba una enorme molestia pero al parecer a sus amigos les parecía gracioso.

Un día casual se le ocurrió a su mejor amigo una tonta apuesta que conllevaba a invitarle unas copas al chico rubio y hacerle creer que habían tenido relaciones sexuales. Jungkook como el chico orgulloso que era acepto, así que se armo de valor y fue a proponerle la salida a Taemin, aunque nunca paso por su mente que la última parte de su apuesta se haría realidad, y que además tendría consigo como consecuencia un embarazo no deseado.

Pero había una realidad que nadie sabía; esa noche no había ninguna gota de alcohol en su sistema. Muy secretamente sentía algun tipo de atracción por el chico de cabellos rubios.

Después de unos minutos recordando lo sucedido, sus oídos empezaron a retumbar a causa del llanto que seguía llenando el departamento.

Decidido a dejar sus sentimientos rencorosos a un lado, se puso de pie y abandonó la habitación para dirigirse a pasos lentos a la que se encontraba a lado.

Cuando llegó su mano derecha fue a parar al picaporte, para girarlo y dejar a la vista un cuarto, con paredes pintadas de un tono color azul pastel y algunos juguetes inofensivos.

Sus manos temblaban por el nerviosismo de encontrarse ahí, en la habitación que siempre juraba nunca pisar.

Sus ojos rápidamente visualizaron una cuna de madera de donde provenía el llanto, cada vez estaba lo suficientemente cerca de su hijo.

Hijo, la palabra resonó por su mente tantas veces que le causo un malestar leve. Además de causarle una gran culpa por haber rechazado al pequeño que nació sin culpa alguna.

Sus ojitos marrones derramaban lágrimas silenciosas, al notar como el bebé dejaba de llorar como si oliera su olor.

Una de sus manos se sostuvo en el borde de la cuna, se inclinó un poco para deslizar los dedos de su mano libre, en la suave piel del bebé.

Sus pies ardían al entrar en contacto con el piso, el cansancio que cargaba su cuerpo era tan pesado que tenía ganas de llorar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sus pies ardían al entrar en contacto con el piso, el cansancio que cargaba su cuerpo era tan pesado que tenía ganas de llorar.

La empresa en la que trabajaba exigía mucho de él y más si su jefe era su suegro. Aquél que le tenía un odio irremediable por haberle arrebatado la inocencia a su pequeño bebé.

You like that? © | JK HaremDonde viven las historias. Descúbrelo ahora