| Kim Jun-myeon & Oh Se-hun |

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Un chico llamado Jeon Jungkook, corría de un lado a otro tratando se asear un poco su casa, mientras el silencio de su hogar era ahuyentado por el llanto desesperado de un bebé recién nacido. Cuando le dijeron que estaba embarazado se emocionó mucho pues al fin iba a cumplir uno de sus sueños, pero nunca pensó que sería tan agotador.

Su cabello negro caía por su frente, pegándose a esta con el sudor que transpiraba. Sin borrar la sonrisa de sus labios dejo lo que hacia y se encamino al cuarto, le causaba risa que su familia fuera un poco "rara" pero la amaba. La sociedad no veía con bueno ojos que estuviese junto a dos hombres al mismo tiempo.

Pero eso no le importaba, ellos eran felices estando juntos. Su vida se había vuelto algo pesado al tener que atender a su familia, tanto que había tenido que dejar su trabajo como criminólogo por un tiempo. Cuando llegó a la habitación, su mano derecha fue a parar al picaporte, para girarlo y dejar a la vista un cuarto, con paredes pintadas de un tono color azul pastel y algunos juguetes.

Sus ojos rápidamente visualizaron una cuna de madera donde provenía el llanto, de inmediato él bebé dejo de llorar como si oliese su olor.

Una de sus manos se sostuvo en el borde de la cuna,y se inclinó un poco para deslizar los dedos de su mano libre, en la suave piel del bebé. Con mucho cuidado lo tomó entre sus brazos para comenzar a menearlo despacio, haciendo que la criatura dejase de llorar.

—Hola bebé.

La voz dulce de Jungkook lleno la habitación, y el bebé soltó algunos balbuceos intendibles, pero ambos se mostraban felices.

—Duerme para que dejes descansar a mami.— su cuerpo se meneaba en compañía de la silla de madera que se hallaba debajo de su cuerpo.

Paso el tiempo y cuando el bebé estuvo lo suficiente calmado, el pelinegro se puso de pie para dejarlo en la cuna.

Tenía mucho cansancio en su cuerpo pero todavía tenía que preparar la comidad para cuando sus esposos llegarán de trabajar. Caminaba extremadamente lento por el cansancio que llevaba su cuerpo, el pasillo cada vez se hacia más lejano y no podía llegar a la habitación. Cuando por fin llegó, con calma tomo la perilla de la puerta y la giró, abrió la puerta dejando a la vista su desordenado cuarto, aquél que compartía con sus esposos.

Su rostro se iluminó cuando observó su cama destendida con varias cosas de bebé, sin esperar se acercó, dejándose caer a esta, cuando su cuerpo tocó el colchón cerró los ojos ante la sensación de relajación que comenzaba a invadirlo.

Se mantuvo con los ojos cerrados por unos momentos, hasta que sin esperarlo se quedó dormido.

Sus cuerpos ardían de una forma horrible, pero se aliviaba un poco al saber que casi llegaban a su hogar

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Sus cuerpos ardían de una forma horrible, pero se aliviaba un poco al saber que casi llegaban a su hogar. La empresa en la que ambos trabajaban exigía mucho de ellos, y tenían doble responsabilidad con los dos pequeños que tenían en casa.

You like that? © | JK HaremDonde viven las historias. Descúbrelo ahora