Redención

2. Despedida.

No sentía dolor. Por primera vez en años, no sentía ningún dolor. Era extraño. Miró al rededor un poco confuso, Lily lloraba desconsolada abrazando... ¿A él? A su cuerpo vacío de toda vida... Ahora recordaba lo que había sucedido. Severus se acercó hasta donde yacía su cuerpo, rodeado por su amiga y sus compañeros de casa. Asombrado vio a Lucius llorar de forma dolorosa y a Regulus abrazándose a si mismo, haciéndole parecer muy vulnerable.
Nunca imaginó que le tuvieran tanto aprecio Malfoy y el menor de los Black. Jamás le habían hecho pensar que fueran amigos cercanos. Le alegraba saber que en el fondo, le habían querido lo bastante como para llorarle.

- ¿Mereció la pena? - preguntó una voz familiar tras Severus. El joven azabache se dio la vuelta ansioso y emocionado.

- Mamá... - susurró Severus acercándose a la bella mujer que le dio la vida.
Eileen Prince miró con ojos tristes a su único hijo. Y extendió sus brazos invitándole a acercarse para abrazarlo.
Severus se acercó y se dejó abrazar, dejando que su madre le acariciara la cabeza y la espalda de forma reconfortante.

- Dime hijo...¿mereció la pena quitarte la vida?

Severus miró la escena que sucedía tras de sí y devolvió la mirada a su madre.

- No...no lo sé mamá, es sólo que ya no podía más. ¿Estás enfadada conmigo?.

Eileen vio los ojos de su hijo cuajados de lágrimas, asustado por lo que pudiera decirle.

- No hijo...no estoy enfadada, sólo muy triste por lo que has hecho. Mi amado Severus...esto no debía suceder. No era tu tiempo de morir.

- Ya no importa...mamá... ¿Has venido a llevarme contigo?

Eileen podía ver la esperanza en los ojos de su hijo.

- No Severus...

Severus la miró confuso.

- ¿No? ¿Qué quieres decir con eso?

- Necesitas quedarte Severus, hijo mío. Esto no es lo que debía suceder.

Severus tan solo negaba con vehemencia, cerrando los ojos y rogando por que se lo llevara en ese momento.

- Pero mamá...yo quiero ir contigo ahora.

El silencio por toda respuesta le hizo abrir los ojos de nuevo. Su madre ya no estaba allí. Sin más elección que permanecer entre los vivos, regresó junto a Lily que seguía sollozando aunque ahora entre los brazos de Lucius.

El director y los profesores se habían reunido allí y miraban horrorizados la escena.
La profesora McGonagall, había mandado a todos los alumnos a sus habitaciones, incluidos a los cuatro leones.

- Señor Malfoy...lleve a la enfermería a la señorita Evans... - dijo Dumbledore con gesto preocupado - Usted también señor Black...

Lucius asintió lentamente y trató de apartar a Lily del cuerpo de su amigo.

- Vamos Evans...- dijo en voz baja el rubio, mientras hacía un gesto a Regulus para que le ayudara a incorporarla.

Lily se soltó del agarre de Lucius y abrazó una vez más a su amigo, que ya estaba frío, susurrando unas palabras junto a su oído, para que nadie más lo oyera.

"Siempre serás mi hermano Sev...te amo"

Severus veía la escena entristecido y un poco culpable, por hacer sufrir así a su hermana. Pero ahora, se sentía bien...libre, sin miedo o dolor.
Vio como Lucius y Regulus la ponían en pie y comenzaban a caminar despacio hacia el castillo.
Severus siguió a sus amigos dejando a los profesores y a su cuerpo atrás.
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En la torre de los leones, en una de las habitaciones de los chicos, los cuatro merodeadores estaban sentados en silencio cada uno en su cama.
Aún estaban en shock por lo que había ocurrido.
Remus lloraba en silencio. Se sentía terriblemente culpable. James y Sirius aún no creían lo que Severus había hecho.
Peter se removió inquieto y suspiró con algo de hastío.