Mi corazón se sentía estrujado mientras miraba el aeropuerto a la lejanía. Hace meses estaba feliz con la idea de regresar a New York, sin embargo, ahora me dolía hasta el alma.
-Yerin, hija... -Dijo mi madre mientras conducía. Fue la única que se ofreció a llevarme, ya que mi padre no quería verme, y Sinb estaba encerrada en su habitación, obligada por ellos.
-¿Qué quieres?- Pregunté totalmente desanimada, sin ganas de hacer nada que no fuera llorar o tragarme una bala.
-Que seas feliz...-
La mire como si fuera una desquiciada y sonreí tristemente, la música estaba sonando tan depresiva que tuve que aguantar las ganas de llorar como a una niña cuando no le cumplen su capricho.
-Si quisieras eso, no estuviéramos aquí. -Dije por lo bajo.
-Sabes el motivo por el hago esto, y sabes que te adoro así como eres, pero hija, estás haciendo algo que es ilegal, algo que va en contra de tus principios- Argumentó ella.
-Nunca me importó que fuera ilegal , pero la amo, la amo más de lo que debería y lo sé, pero por el amor de Dios, no me separen de ella. - Supliqué con verdadero dolor.
Ella no dijo nada, solo siguió conduciendo hacía nuestro destino.
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Cuando ya llegó el momento de abordar el avión, mi madre me miró con los ojos llenos de lágrimas y una sonrisa deprimida.
-Hasta luego, hija. -Dijo y me abrazó.
-No me toques.- Dije enfadada, y me fui en dirección a mi avión, aún escuchando los sollozos de mi madre.
Al bordar el avión, la aeromoza me lanzó una sonrisa y tomó mi boleto, enviándome en dirección a mi asiento.
Me senté en mi asiento, mirando la ventana, mis ojos viendo como el país se alejaba y mi cabeza palpitaba, pero peor era el apretón en mi pecho.
Me quiero ir a casa...
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Un amor prohibido
Fiksi Penggemar-Este amor, es un amor imposible, no lo puedo esconder por mucho tiempo y aunque ella no lo quiera , al igual que yo, me enamoré de ella. Si tan solo no fuera mi hermana...-
