🅃🅁🄴🅂

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  Diane seguía jugando con el nuevo artefacto que había comprado a un precio medianamente elevado. King la miraba mientras se abrazaba a Chastifol en su forma de almohada.

¿Realmente crees que tenga poderes mágicos? —le preguntó el hada.

No lo sé —le respondió ella—. De todas formas, no me importa.

¿Qué? —King le dijo sorprendido, puesto que había pagado bastante por eso.

  Diane se detuvo frente a él con una sonrisa.

Me alegra haber ayudado a esa mujer, se notaba lo delgada que estaba. Así que creo que no malgasté el dinero.

Diane... —King la observó con sus ojos bien abiertos.

  Diane se giró y siguió caminando, el hada la siguió en silencio y sonrojado, le había parecido tan dulce aquel gesto de ella ¿cómo no enamorarse de alguien así?

  Pero un estruendoso ruido lo sacó de sus pensamientos. Provenía de un lugar no muy alejado del que ellos se encontraban. Escucharon gritos de auxilio y de desastre.

Diane, quédate aquí. Yo iré a... —le estaba diciendo King, pero la muchacha se apresuró.

No —le dijo muy seria— ¡Iremos juntos!

  Diane comenzó a correr en dirección al lugar y King voló rápidamente a su lado. Siguieron escuchando gritos y ruidos muy extraños.

¿Quién es capaz de crear tanto alboroto? —pensaba King

  Finalmente llegaron a aquel lugar de donde provenía todo el escándalo. La tienda de antigüedades que habían visitado se encontraba hecha pedazos y a su alrededor algunas casas y otros puestos también estaban dañados.

  Diane corrió rápido hacia dentro del lugar buscando a la mujer.

¡Diane espera! ¡Puede ser peligroso! —King voló hacia ella.

Dentro todo se encontraba incluso peor. Todos los objetos estaban rotos y sus pedazos estaban esparcidos por el suelo, dónde también había un rastro de gotas de sangre que, al levantar la vista, se dieron cuenta que pertenecía a aquella anciana.

Ambos se acercaron rápidamente a ella.

¿Se encuentra bien? ¡Hábleme por favor! —le decía Diane agarrando a la señora que tosió abriendo de a poco los ojos.

¿Quién hizo esto? —le preguntó King también acercándose preocupado.

La mujer tosió y tosió. Le señaló el amuleto a Diane.

No dejes que nadie te lo quite —tosió— si cae en las manos equivocadas... —comenzó a tener dificultades para respirar— será el fin.

Una presencia oscura invadió la habitación, ambos pecados se percataron de ello y se giraron en posición defensiva rápidamente. Se encontraron con un muchacho medianamente humano. Tenía cicatriz que le cruzaba de el ojo. Su mirada siniestra los dejó paralizados.

¿Quién eres? ¡¿Fuiste tú quién hizo esto?! —le preguntó Diane enfadada y un poco asustada.

Rey hada... —decía el muchacho mientras daba un paso adelante— parece que todo lo que se cuenta es cierto.

Contesta quién eres. Si das un paso más... —King tenía a Chastifol preparada para un ataque destructivo.

El muchacho rió pasivamente. Y, desafiando al rey, dió un paso más. King atacó sin dudarlo dejando una nube de polvo.

El pecado de quererte -Kiane (King X Diane)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora