Okumura Rin tiene trece años, el heredero de Kinomoto Sakura y el nuevo maestro de las Cartas Sakura.
Con unas dichosas y nada problemáticas vacaciones de verano tras él, Rin sólo espera ser desafiado en la escuela y con respecto a su familia mientr...
Rin deja escapar un gemido suave y exhausto —Aaaah... demasiado caluroso...
El calor del verano de este año parece ser aún peor que cualquier otro que haya sufrido Rin. Incluso la vez en que se rompió el aire acondicionado no parece competir con este.
Por otra parte, este año Rin se ve obligado a trabajar en el festival escolar. Algo que le quita energía, ya que incluso en tercer año todos piensan que es una especie de monstruo.
Eso lo hace reordenar su carga actual, mirando la caja para recordarse dónde se supone que debe poner esto. Este año es su clase quien está haciendo una casa embrujada y, como de costumbre, Mizuki se está volviendo exigente e incluso perfeccionista con las cosas. Por ejemplo, esta entrega de accesorios especiales para la casa embrujada.
—¿Rin-kun?— Rin levanta la mirada ante esa voz y se detiene. Es Ying Hua, sonriéndole casi nerviosamente. Rin no la culpa. Él tampoco responde a su pregunta.
La sonrisa de Ying Hua se desvanece ligeramente por un momento. —Aaah... Umino-san dice que necesita tu ayuda en otra cosa. ¿Algo sobre disfraces?
—Oh. ¿Tsukishiro-sensei esta...?— Rin pregunta suavemente, mientras atraviesa las puertas principales y exhala un suspiro de alivio debido al aire acondicionado. Ying Hua camina suavemente detrás de él.
—La llamaron para tratar un problema con el que el director necesitaba su ayuda— Ying Hua se encoge de hombros — ¿Estás de acuerdo con eso?
Rin lo considera y luego asiente —Sí. Debería estar bien. Al menos habrá aire acondicionado
—Lo habrá— Ying Hua le sonríe brevemente, pero pronto se desvanece y se gira para mirar hacia adelante mientras ambos pasan frente a los casilleros, después de cambiarse a sus uwabaki y adentrarse a la escuela y hacia su aula.
El silencio es ensordecedor.
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No quiere decir que a Rin le guste como han sido las cosas recientemente. Pero es muy difícil enfrentar a Ying Hua sabiendo que, a pesar de su amistad, ella le causó dificultades y puso en peligro a quienes lo rodeaban por el bien de las pruebas. Incluso si salvó a las Cartas, Rin no puede evitar pensar en las veces que su familia, en que Yukio, fueron puestos en peligro.
Y eso sin mencionar a todos los demás que podrían haberse involucrado. ¡Sin mencionar que el juicio final puso en peligro a todos en toda la ciudad!
Rin no puede perdonarla por aquello. Pero aun así, ella es su amiga.
No es una situación fácil, o una con una solución fácil.
O eso piensa Rin.
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