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Ji Yong se reportó enfermo en el trabajo al día siguiente y se quedó la noche en el hogar de SeungHyun. Se acurrucó bajo las sábanas de la cama de SeungHyun y respiró el olor reconfortante de sus aromas mezclados: el olor amaderado y dominante del alfa de SeungHyun contra el dulce y suave del omega de Ji Yong.

SeungHyun nunca dejó el lado de Ji Yong por mucho tiempo.

Comieron sopa juntos en la cama esa noche, a pesar de que Ji Yong no tenía mucho apetito. SeungHyun encendió la televisión, una rareza cuando estaban acostados juntos, y Ji Yong vio una película en Netflix. Cuando se quedó dormido, soñó con sus ovarios, hinchados tan grandes por el óvulo que brotaba dentro de él.

Se despertó gritando, y SeungHyun estaba allí para besar el dolor.

- Los quiero fuera. – Ji Yong sollozó en el pecho de SeungHyun. – Quiero que se vayan.

- Lo sé. – SeungHyun dijo. Le acarició la espalda a Ji Yong y lo abrazó. Le rompió el corazón a Ji Yong por lo triste que sonaba. – Los sacaremos. Lo haremos parar.

Programaron la cirugía cuatro meses después de esa mañana, pero Ji Yong encontró poca alegría al pensar en ello.

Ellos iban a vaciarlo.

Los meses pasaron. En su primer aniversario, Ji Yong se mudó al condominio de SeungHyun. Su celo aún no había llegado.

Ocasionalmente, Daesung pasaba a saludar. No era un cirujano, pero estaba trabajando estrechamente con el hombre que operaría a Ji Yong.

Daesung, astuto y vibrante, le aseguró a Ji Yong que el Dr. Lee era un cirujano sobresaliente y que no había nada que temer, pero Ji Yong no podía sacudir el miedo que tenía todo apretado en su pecho.

Nunca tendría hijos. Nunca podría compartir algo tan especial con alguien que amara.

Nunca le daría un hijo a SeungHyun.

Tres semanas antes de la cirugía, Ji Yong se despertó en medio de la noche empapado en sudor. Se abanicó la cara e hizo un movimiento para retirar las sabanas de su cuerpo, pero al hacerlo, su olor se elevó en una columna concentrada de calor dulce y pegajoso.

Estaba aquí.

- ¿SeungHyun? – Ji Yong gritó en la oscuridad de la habitación. SeungHyun dormía al otro lado de la cama, pero Ji Yong no podía confiar en sí mismo para volverse, para no perturbar el olor atrapado bajo las mantas e inundar la habitación con sus feromonas. SeungHyun todavía podría conseguir salir mientras Ji Yong mantuviera su olor contenido. – SeungHyun, despierta. Necesito que despiertes.

Los muslos de Ji Yong estaban mojados con su fluido, y también la apretada sábana. Su calor había golpeado repentina y brutalmente, y sabía que estaba a horas de perder la mente por completo. No tenía mucho tiempo antes de que necesitara un nudo dentro de él, y no quería que SeungHyun estuviera allí para eso, especialmente desde que había dejado de tomar sus anticonceptivos en preparación para su cirugía. Si SeungHyun no salía pronto, sería demasiado tarde.

SeungHyun no dijo nada cuando se despertó, pero Ji Yong sintió que la cama se movía. Para horror de Ji Yong, SeungHyun se acercó.

- No. No, tienes que irte. – Ji Yong dijo. – Estoy en celo. No pasará mucho tiempo antes de que esté en todas partes, y...

- ¿Quieres tener un bebé? – La voz de SeungHyun no estaba cargada con lujuria o gruñó con intenciones salvajes. Sonaba como si todavía estuviera en su sano juicio.

Ji Yong no tenía ni idea de qué decir.

- Podemos reprogramar tu cirugía. – SeungHyun dijo. – Podemos eliminar lo que sea necesario inmediatamente después de que nazca el bebé, pero esta es nuestra última oportunidad si realmente queremos hacer esto... si realmente quieres hacerlo.

『 그의 지휘 하에 』 »  OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora