Sombras del pasado

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Poe se sentía realmente honrado de poder pilotar la mítica nave de Han Solo. Sabía que, oficialmente, era de Rey; pero dado que ella se había retirado a atender a la reina. Sus padres le habían contado historias sobre el Halcón Milenario que lo hacían soñar con volarla algún día. Estar en ese asiento en ese momento era casi mágico para él.

Finn, por su parte, no estaba tan emocionado debido a su experiencia anterior con la nave. Se alegraba de no tener que estar en la armería, Rose se había ofrecido amablemente a ocupar ese puesto, y ser un copiloto era claramente más cómodo. Aún así, estaba feliz de poder ayudar a su mejor amigo a guiarlos hacia un nuevo destino para reavivar la llama de la Resistencia. Por su lado, Poe pensaba que más bien los estaban llevando a su ruina.

-Oye, hermano.- llamó Dameron a su amigo algo preocupado.

-¿Sí?-

-¿Qué opinas de lo que quiere hacer la general?- preguntó sin rodeos y fijando la vista al frente. Finn apretó los labios y meditó un momento su respuesta.

-Pues, es lógico ¿no?- replicó al fin, no muy seguro de sus palabras.

-¿Cómo que lógico?- cuestionó de nuevo, confundido.

-Tú sabes...- trató de zafarse el extrooper, pero ya era tarde.

Finn sabía que debía cuidar sus palabras tanto o más que Rey, ambos sabían el gran secreto de la general Organa: Kylo Ren era su hijo y lo quería de vuelta. Ambos eran más comprensivos con Leia y sólo podían imaginarse el gran dolor que sentía día con día al ver a su hijo sumido en las garras de la maldad. Fue a él el único al que Rey le había contado su intento casi suicida de reivindicar a Kylo y su fallo total, Finn junto con Leia eran los únicos que conocían la verdad y deberían mantenerse callados hasta que llegar el momento de poder hablar.

-La general lleva en esto desde que es casi una niña. Nunca ha tenido un período de paz realmente duradero. Si yo fuera ella y hubiera perdido lo mismo o más que ha perdido, sin mencionar que llevo toda mi vida peleando en una guerra que no me lleva a ningún lado, también buscaría una segunda opción para terminar todo ésto.- argumentó Finn seguro de sus palabras.

Poe lo miró sorprendido de la sabiduría que residía en su mejor amigo. Supuso que su forma de pensar estaba influenciada por su experiencia como Stormtrooper y sólo podía imaginarse lo mucho que su amigo había sufrido; pero aún así, no compaginaba con sus ideas del todo. Si Leia realmente estaba cansada, ¿por qué no sólo le cedía el mando a él que era joven, fuerte y lleno de vitalidad para combatir a la Primera Orden?

-¿Y en serio crees que ese desgraciado aceptaría sólo hablar? ¡Es un asesino, Finn! ¡No un político! Créeme, no va a funcionar.- aseguró molesto Poe de tan sólo recordar la idea de su mentora.

-Creo en la general. Y eso es suficiente para mí.- repuso Finn con voz firme, Poe lo miró atónito.

Ambos amigos fijaron la mirada al frente por la paz. Finn no tenía ganas de seguir discutiendo; pero Dameron todavía tenía algo qué decir.

-Debería convertirme en el líder de la Resistencia antes de que Leia nos lleve a la ruina.- masculló entre dientes, pero su amigo alcanzó a escucharlo.

-¿Quieres sublevarte otra vez, Poe? ¿No recuerdas lo que pasó la última vez?- lo regañó el moreno.

-¡Esta vez sería diferente! ¡Esta vez funcionaría!- bufó Poe mirando con fuego en los ojos a su mejor amigo. Estaba tan exaltado que no notó que Kaydel Connix se había detenido en la entrada de la cabina de pilotaje al escuchar tanto escándalo.- Leia ha vivido demasiado tiempo en la guerra, es obvio que esté harta de ella. Pero yo nací en la guerra, la conozco como me conozco a mí mismo y sé muy bien que las guerras no se ganan dialogando, se ganan peleando.- aseguró Poe apretando fuertemente los volantes del Halcón.

Star Wars: La nueva esperanzaWhere stories live. Discover now