Capítulo 4

64 9 0
                                    

IV - Purgatorio: Tiempo

Hablamos por horas, tal vez días, tal vez semanas, perdí la noción del tiempo a partir de las dos horas, pero no me importaba en realidad, ya no me preocupa ¡Estoy muerta amigos! No me tengo que preocupar por el tiempo, no me tengo que preocupar de llegar tarde a algún lugar. Sin embargo, empezaba a inquietarme, la frase: "La infinita eternidad" Retumbaba en mi cabeza y no me dejaba en paz.

-Michael - llame a mi nuevo amigo, el cual me miro - ¿Hace cuanto estas aquí? - él me miro y me regalo una pequeña sonrisa

-Deje de contar a partir de los diez años - dijo con naturalidad

-¿Diez años? ¿Y eso hace cuanto fue?

-Creo que otros diez años atrás

Me quede helada, 20 años... ¡20 años! Eso es una eternidad, Dios mio. Y yo que juraba que era Joven, porque, a decir verdad, sin contar su apariencia mal cuidada, el chico aparentaba de unos 17 o 18 años.

-¿Cuantos años tenías cuando moriste? - pregunte

-19 años... Vaya, debería de tener al rededor de unos 39 años - dijo, al parecer sorprendido - ¿En que momento me hice tan viejo?

-¡Ni siquiera te ves viejo! - exclame - Yo juraba que tenías entre 18, 19 

-Que halago - soltó una risita y luego bajó del árbol - Ven - me extendió la mano, la cual acepte y me ayudo a bajar de la rama, aunque yo sola hubiera podido bajar perfectamente - Te mostrare algo 

-¿Tenemos que pasar junto al resto de animas?

-Si ¿Algún problema? - alzó una ceja 

-Me parece deprimente, no me gusta verlas, mucho menos escucharlas - hice una mueca - me da miedo que se me pegue su tristeza 

-La tristeza no se pega 

-Se contagia - afirme 

-Pues... No conozco otro camino para ir a la cueva, así que te aguantas - me tomo de la mano y me arrastro por todo el bosque 

-¿La cueva? ¿Acaso me vas a violar? - alce una ceja 

-El placer es algo del cuerpo, no del alma 

-¿Osea que...? - freno el paso y me miro 

-El placer es algo terrenal Billie - siguió caminando, por ende, yo también - Dios, tendré que enseñarte muchas cosas 

Cuando llegamos "Al corazón del purgatorio" Michael empezó a hablarme de cualquier estupidez que se le ocurriera para que no pensara en las animas, y para ser sincera, su técnica funciono, porque antes de que me diera cuenta ya habíamos salido del lugar.

-Llegamos - me sonrió, me tomo del brazo y me arrastro hacia el interior de la cueva, la cual contaba con poca iluminación pero aun así se veía bien el interior

-¿Por qué me has traído?  - pregunte

-Esta por oscurecer y da miedito estar afuera - explico 

-Okay... ¿Y cuanto dura? ¿Minutos? ¿Horas?

-Puede durar semanas o hasta meses... es horrible - Hice una mueca - Aunque, puede que esta vez no sea tan horrible, ya no estaré solo 

Le sonreí.

Tal vez no fue tan malo que aquel chico me despertara aquella vez en la rama.

Bohemian RhapsodyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora