XVIII - Purgatorio: Fin
Seguimos caminando un rato hasta que Michael freno en seco así que yo también frene.
-¿Sucede algo? - pregunte
-Sólo me estoy ubicando - miro a ambos lado y siguió caminando - al parecer ya esta por amanecer
-¡Al fin! siento como si hubiera pasado mil años
-No exageres, sólo fue una semana - dijo con tono burlón
Él se volteo a verme y me sonrió
-Bienvenida a la salida - se hizo a un lado dejándome ver una pared gris con una puerta del mismo color
-¡Si! - corrí hacia la puerta y tome la manija para abrirla, pero me queme ¿Por qué sentía dolor si ya estaba muerta?
-Es imposible abrirla - me mostró las palmas de sus manos, tenían cicatrices de quemaduras
-¿No podías habérmelo dicho antes?
-Te dije, pero eres terca
-Hablaba de las quemaduras, no de la salida - mire la puerta - debe de abrirse de alguna forma
-Buena suerte - dijo mientras se acostaba - Despierta me cuando lo hagas
-Dormir es algo terrenal - lo mire
-Lo sé - me miro - sólo descansare mis ojos - me guiño el ojo haciéndome reír
Me senté a su lado y apoye mi cabeza en la pared gris, necesitaba pensar con claridad para encontrar una solución a este problema; ya estaba aquí, no me iba a rendir tan fácil, pero como yo soy la pereza en persona me quede dormida.
[...]
Desperté por un rayo de luz que iluminaba todo mi rostro, por un momento creí que estaba en mi habitación y la luz del sol caía justo en mi cara, pero con la sacudida que me pego Michael caí en la realidad.
-Billie, rápido, tenemos que escondernos - susurro
Me pare un poco mareada y desubicada, simplemente seguí a Michael y me escondí detrás de unos árboles.
-¿Qué sucede? - pregunte confundida
Mire a Michael quien miraba atentamente la puerta, así que también la mire, esta estaba desprendiendo una extraña luz; quedé con la boca abierta cuando vi que esta se abría de par en par por si sola, no entendía nada de lo que sucedía.
-Michael... - lo mire
-Cállate - susurro rápidamente
Volví a mirar a la puerta, una señora de vestido largo estaba entrando por esta, tenía mil dudas en este momento, pero de algo estaba segura, no era momento de preguntar, era momento de actuar.
-Michael, es hora - él negó frenéticamente con la cabeza, yo rodee los ojos, lo tome del brazo y lo arrastre hasta la salida antes de que la puerta se cerrara.
Y aquí estamos de nuevo, rodeados de oscuridad

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Bohemian Rhapsody
Teen FictionAl morir tienes tres opciones: el purgatorio, el infierno o el cielo. ¿Me creerías si te dijera que yo fui a los tres?