Soarin to the rainbow [ Traducción ]

Capítulo Uno

Rainbow Dash no podía creer que estaba llorando. Un pony tan genial como ella no llora, los hace parecer cojos. Pero ella no pudo evitarlo. ¿Cómo podría no haber entrado en los Wonderbolts? Por supuesto, Lighting Dust también tuvo que inscribirse en la reserva de Wonderbolts, y por supuesto Lighting entró en los Wonderbolts. Rainbow Dash yacía en una nube en Cloudsdale. No le importaba si alguien la veía llorando en un río de lágrimas. Mientras los Wonderbolts no la vieran, no le importaba.

Por supuesto, con su suerte, un pegaso azul claro aterrizó en la nube a su lado. Rainbow Dash tragó saliva y le sonrió, intentando para que sea menos obvio que estaba llorando. Era Soarin de los Wonderbolts. Ella esperaba que él estallara en una risa pura sólo por verla llorar por algo tan estúpido, pero por su sorpresa, no lo hizo.

—¿E-estás bien?— preguntó con preocupación en su voz— ¿Qué pasó? ¡Te acabo de ver en la Academia Wonderbolts y parecías estar bien!

Rainbow Dash se sintió enferma de vergüenza.

—Yo uh... ¡me golpeé mi cabeza! ¡Sí! ¡Eso es lo que pasó! Je... je...—mintió Rainbow Dash. Sabía que era terrible mintiendo, pero valía la pena intentarlo. Tal vez él era crédulo por todo lo que ella sabía. Ella lo miró pero él frunció el ceño.

—Mira, no tienes que mentir. Sé por qué lloras, está bien, Dash.—le dijo a ella.

—Oh... um, ok...—la vergüenza fluyó a través de ella como un río rápido. Podía sentir su rostro ponerse rojo como la remolacha y su corazón se sentía como un tambor haciendo tambores.

—Dash, voy a decirte que estás avergonzada, pero está bien. Ahora, déjame decirte algo, cuando fui a la reserva de Wonderbolts, no lo hice la primera vez, me senté en Sweet Apple Acres empujando un pastel de manzana en mi boca y llorando sin parar por una semana.— su cara se puso un poco roja— También me tomó dos intentos entrar en los Wonderbolts. También gané un par de libras en el proceso, de todos esos pasteles.

Rainbow Dash sonrió un poco.

—Está bien, ¡ya no me siento estúpida!— bromeó y lo empujó— Sin embargo, me tengo que ir... ¿nos vemos luego?—preguntó Rainbow Dash.

—¡Sí, claro! ¡Adiós, Dash!—respondió.

Rainbow tenía una sonrisa ceñida en su rostro. Sin darse cuenta del hecho de que ella comenzó a tener sentimientos por él.