♦ trust me darlin' ♦

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Con anterioridad traté de seguir en la armada, o por lo menos lo que me permitían, ahora, estoy solo. Más solo que mi propio hogar del que me encargué de volar en pedazos.

No me queda nada más realmente, sólo nuevas marcas para parecer más temible, literalmente creo que con un brazo robótico pareceré más un androide que un líder de una armada.

Genial.

Paul y Patrick últimamente andan muy cercanos a mí, si es eso es por una mala noticia o idea, a la vez que puede ser una manera de decirme que se preocupan por mi, pero realmente estoy bien, claro, después de haber hecho mierda mi hogar, en el lugar donde pasé la mayor parte de mi vida, claro, se siente uno genialmente bien.

Han pasado los años ya, no a pasado nada interesante, sólo que mis planes de la dominación mundial próximamente estarán completados.

Falta poco.

— Falta poco. — Suspiré pesadamente, estaba sentado en mi típica oficina tratando de acabar con la revisión diaria de todos mis soldados, algunos trabajan arduamente, pero otros, necesitan un balazo en la cien ya.

Me levanté y traté de calmarme un poco viendo a todos mis soldados trabajar, y claramente, que recen los que no han trabajado, por que traigo un arma bajo mi abrigo azul, otras en mis dos botas, uno en el cinturón y otra en el bolsillo izquierdo.

Precaución, por eso la exageración.

Seguí caminando tranquilamente hasta que topé con los límites de piedra, quería salir, necesito salir y distraerme un poco de esto, lo  necesito a él.

Salí sin que nadie se diera cuenta, ví el maravilloso bosque cubría toda mi armada, caminé, caminé hasta que pudiera ver esa leve montaña en la que había caído después de la explosión.

Me enojé conmigo mismo al saber que volví a mi pasado.

A mi hermoso pasado.

Después de todo, algún día regresaría, me senté en el césped, viendo como empezaba a anochecer.

¿Tanto tarde para llegar aquí?

Ví calmado el paisaje que se me daba a ver, tranquilamente me acosté y cerré mi ojo, por que el otro por más que hubiera querido salvarlo, no hubo manera para eso.

Escuché pasos.

Por reflejo disparé a mi lado izquierdo, ni siquiera me tomé la molestia para ver que o quién era, sólo quería estar solo.

— ¿Esa es la manera para tratar a tu viejo enemigo, Commie?. —

Esa voz, no puede ... No debe.

Me levanté rápidamente, ví esa mirada anteriormente profunda, ser vendada por unas vendas, esas cuencas, ser tapadas por algo que me impide verlo completamente.

No puedo verlo así.

— ¿Tord? Sé que sigues ahí,puedo sentirte. — Su sonrisa ladeada,acompañado de una leve risa, me duele.

— Sigo aquí, Jehová. — Un murmullo, apenas audible para mi mismo, escuchó.

— Ven, te quiero golpear. —

— Ven tú y golpeame. —

Se acercó a mi y me dió una leve cachetada, o tal vez fue fuerte pero apenas y la sentí yo.

— Prometiste algo. —

— ¿Prometí algo al testigo?. —

— Regresarías por mi, nunca regresaste. —

 Bad Liar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora