Todo lo que tenía eran recuerdos de sus sonrisas y aventuras, todo lo que lo hacía feliz eran sus risas escandalosas, todas las sensaciones desconocidas que brotaban de su ser eran provocadas por aquel chico de ojos jóvenes y sonrisa resplandeciente...
Varios de los secretarios ya habían acomodado la sala de juntas para la llegada de la corporación Kim, pero Min Yoongi se encontraba tan paranoico que repasó tres veces seguidas la sala, acomodando, desordenando y volviendo a acomodar el plan del proyecto, dejó su vaso de agua en la gran mesa mientras volvía mirar el lugar y querer rehacer todo.
Todo debía ser perfecto, sería completamente profesional, sacaría su lado mas confiado y haría firmar a la corporación Kim su contrato mientras se iban maravillados por la idea innovadora y bien planteada del pelinegro, se harían socios de por vida y convertiría una nueva sucursal como pacto de su confianza, se lo repetía mentalmente una y otra vez.
- Señor Min, los Kim ya están en la sala de espera – el intercomunicador sonó sacándolo de sus pensamientos "adelante"
Acomodó su corbata nuevamente, exhaló tan fuerte pensando que así se desharía de su nerviosismo, pero al momento de abrir la puerta para hacer entrar a sus futuros socios y presentarse de una manera firme y confiada, su "confianza" quedó en segundo plano al ver a los Kim, sí, eran los Kim.
Sus Kim.
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