Día 64

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Una mañana vastante molesta para Edd, se sentía muy mal, desde que despertó a sufrido de migrañas y múltiples mareos prosegidos de vómitos junto con un dolor abdominal bastante fuerte, sin mencionar el rostro pálido con bastantes ojeras por la falta de sueño adornando su cara y múltiples lo que parecen ser moretones por su cuerpo, Kevin se encontraba haciendo el desayuno mientras hablaba con el doctor para citarlo en casa, ya que Edd no se podía levantar por el dolor tan fuerte que se le daba.

-Kevin....¡¡Kevin!! -Edd buscaba con desesperación a su esposo provocándole un pánico incontrolable, rascándose fuerte sus brazos, Kevin al escuchar su nombre probientes de su habitación va corriendo hasta ella.

-Edd ¿estás bien? ¿Te duele más?- Un notorio pánico sus ojos mostraban y su voz no ayudaba su calma.

-¿Por qué no estabas a mi lado? Pensé que te habías ido-.

Kevin da un suspiro por el motivo de su llamado -Cariño aquí estoy no me voy a ir solo hablaba con el doctor y preparaba el desayuno- Kevin se acerca a la cama matrimonial dónde reposaba su esposo para sentarse acariciando la frente del contrario.

-No deberías hacerlo tú, déjame hacerlo- Edd intentando pararse sin éxito pues un fuerte dolor se presenta en su columna para regresar a la cama con un quejido de dolor.

-No te pares, el doctor vendrá en una hora, suficiente para que podamos desayunar, y que tengas algo en tu estómago- Dicho esto último Kevin dejaba la habitacion con un desanimado Edd en el cuarto. Pasando unos minutos Kevin llegaba con el desayuno dejándolo en su mesita de noche, y como si de un niño cuidara, le daba de comer ambientando el alimento para que pudiera ser ingerido en la boca del menor. Edd no le gustaba para nada como estaba siendo tratado, se sentía impotente, pero no podía hacer nada por los fuertes dolores en sus huesos.

-Ya terminaste todo, ¿Cómo te sientes?-.

-Estoy un poco marea- No pudo terminar la oración, por la ida rápida al baño para vomitar lo que su mareo no resistió, siendo sobado por la espalda con las manos del mayor.

-Hay que decirle al doctor que no puedes retener nada- Kevin estaba muy preocupado, pero no quería alterar a su pequeño por lo que se mostraba calmado ante el.

-Kevin no te preocupes por mi, es muy común esto-.

Kevin ni pudo más, en sus ojos mostraba rabia golpea la pared -¡¡NO ME MIENTAS!!- Edd retrocede sorprendido por el comportamiento de su amado, pues nuca le alzó de esa manera la voz en su tiempo de casados -NO DIGAS QUE ESTARÁS BIEN CUANDO CLARAMENTE NO, TUS OJOS NO DAN ESE BRILLO, NI TU SONRISA ESA CALMA.... Solo no quiero perderte -Kevin se tira de rodillas al piso con la cabeza baja.

Edd se acerca con cuidado para acariciarle sus cabellos naranja llamando la atención del mayor alza la cabeza para ser abrazado con fuerza en los brazos del menor, mientras el mayor escucha los latidos de su corazón -Kevin, por favor no odies, esto es normal cuando estás así, ya verás que todo saldrá bien, y si no lo hace, te pido que no odies ¿Si?-.

Kevin no dijo palabra alguna y se dejó atrapar por los delgados brazos que antes eran más gruesos, siguió escuchando latidos del corazón para seguir amando, se dejó mimar como hace mucho no era mimado, mientras que el menor le cantaba y acariciaba. Pasando la hora prometida el doctor reviso a Edd dando su diagnóstico en privado al mayor.

-Señor Kevin, profesionalmente puedo decir que el señor Edd no se encuentra para nada bien, su condición física es mucho peor que cuando lo revise el mes pasado, es mejor que un hospital sea quien lo trate, este asunto solo puede dar en desgracia-.

Prometeme volverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora