El favor

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Hola a todos los que pasan por aquí. Quiero darles la bienvenida a mi "nueva" locura, y porque lo pongo entre comillas, pues verán, está historia es una adaptación de un fanfic que escribí hace unos trece o catorce años atrás (actualmente tengo treinta y un años, para aquellos que quieran hacer cuentas) pero que contaba como pareja principal a Hyde (L'arc en ciel) y Gackt. (Gakuhai). Ahora, después de leerla nuevamente he decidido adaptarla al universo de Naruto, claro que he tenido que cambiar algunas cosas para que pudiera ajustarse lo mejor posible y bueno, este es el resultado. Espero que lo disfruten.

Ayudando al enemigo.
Por: Adriana Jongcheveevat

Capítulo 1: El favor

Uzumaki Naruto escuchó un estruendoso ruido al otro lado de la pared, posiblemente se trataba de una papelera o quizás una grapadora que por su trágico destino se estampaba contra aquel muro en el despacho continuo. Del otro lado se encontraba su compañero y jefe de la compañía para la cual trabajaba, Uchiha Sasuke, un atractivo hombre de veintisiete años que dominaba todo Japón con su cadena de hoteles y que estaba en vísperas de expandirse por toda Asia y Europa.

Lo que Naruto no lograba comprender era el porqué su jefe estaba tan enojado que las cosas de su oficina terminaban en el suelo. Sasuke era un mujeriego, juerguista, libertino y bastante detestable cuando se trataba de molestar a Naruto, por eso la única relación que tenían era la de jefe y empleado, aunque claro, cuando Sasuke terminaba una de sus relaciones, Naruto era el encargado de consolar a los chicos que su jefe despachaba enviándoles algún "detalle" bastante caro, a decir verdad, y santo remedio, ahí se daba cuenta que realmente no sentían nada por el joven millonario, pero eso a Naruto no le importaba en lo absoluto, pues de alguna manera era parte de su trabajo.

Naruto era un joven muy decidido y bastante talentoso. Se podría decir que fácilmente él también podría hacerse cargo de una empresa multinacional igual o mejor que el propio joven Uchiha, pero a ciencia cierta lo que le apasionaba al joven rubio era el diseño de interiores, y para eso él era el mejor de toda la isla nipona, a pesar de su corta edad pues apenas llegaba a los veinticinco años. Aunque eso no era impedimento para que fuera respetado ya que no se dejaba de nadie en especial de su jefe que se la pasaba molestándolo con mordaces comentarios acerca de su novio, Gaara. Comentarios que él ignoraba o contestaba de manera irónica o graciosa que hacía que las personas que estaban a su alrededor se rieran y se asombraran de la peculiar y extraña relación que aquellos dos llevaban.

Con paso firme, Naruto caminó directamente hacía la parte que daba al despacho de Sasuke para averiguar que era lo que estaba sucediendo, quizás se encontraba en una crisis de locura propia de la familia Uchiha, o al menos eso decían los rumores. Cuando el rubio abrió la puerta, inmediatamente tuvo que esquivar con reflejos gatunos el cenicero que iba directamente hacía la puerta.

- ¡Ten más cuidado, casi me matas! - gritó molesto cerrando la puerta tras él.

- Pues toca la puerta antes de entrar - respondió un enfadado Sasuke en tono de elemental.

- ¿Qué tal la comida? - preguntó Naruto evitando seguir con la discusión que seguramente no lo llevaría a averiguar lo que realmente le pasaba a ese sujeto.

- Pues en realidad acabo de pasar el peor día de mi vida - expresó Sasuke escondiendo la cabeza entre sus níveas manos.

- ¿No me digas que un chico cabeza hueca se ha atrevido a rechazarte? -

- Te equivocas, cariño - sonrió altanero - yo no salgo con cabezas huecas, prefiero los chicos con cerebro - dijo orgulloso.

En ese momento, Naruto se agachó para levantar el cenicero que estaba en el suelo lo que permitió ver a Sasuke la piel acanelada que se apreciaba debido a los dos botones de la camisa de vestir que Naruto usaba sin abotonar.

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