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« confusión »

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M A U R O

ya habían pasado un par de semanas desde que con la wacha vivimos juntos. Sinceramente tenía pánico en quedarme solo con ella, podía sentirse mal o alguna otra cosa y con ese tipo de situaciones no soy muy bueno que digamos, termino pensando siempre con el culo y no con la cabeza, así que podrán imaginarse el grado de pelotudez que manejo en situaciones así, seguro terminabamos en todos lados menos en un maldito hospital. Por suerte ya habíamos superado estas semanas, tenía la esperanza de que todo siguiera como hasta ahora.

como todas las mañanas, me levanté antes que Martina sin despertarla y fui hasta la cocina para preparar el desayuno. Al final, no sirvió de nada que la Mari me dejara dormir en su habitación, después de ver una película de terror a la madrugada Martina no quería dormir sola, así que bueno, como buen amigo que soy me ofrecí acompañarla a dormir y al final se quedó como una rutina, aunque no fuera una película de terror, se recostaba sobre mi pecho y cuando sentía su respiración tranquila sabía que se había dormido. Ya era una costumbre dormir con su cuerpo sobre el mío.

sos tan pollera como el duko Mauro y aún no son nada, pensé. Reí ante mi pensamiento.

quién diría que después de negarme con los pibe' a ayudarlos a hacer el desayuno que al final terminaba haciendo el Enzo, terminaría haciendo tostadas pa' una wacha. Gracias al cielo que los pibe' no estaban conmigo, el descanso ya era algo seguro si me vieran hacer esto.

termine de hacer las tostadas y las coloqué en un plato sobre una bandeja, hice los cafés y los puse junto a las tostadas. Tome algunas galletas oreo del almacén y las puse junto a las tostadas; y ya estaba listo el desayuno. Tome la bandeja y fui hasta la habitación.

martina ya estaba despierta, me sonrió al verme con la bandeja.

—buen día lindo —saludó.

—buen día reina, ¿cómo te sentís?

deje la bandeja sobre la cama para que pudiéramos desayunar.

—y, después del día de ayer, agotada, bueno, literal me siento así todos los días ¿verdad?  —rió, tomó una galleta y le dió un mordisco —pero, bueno, el caso es que hoy tengo que dejar la fiaca para otro día porque tenemos cita con la ginecóloga.

—y yo que quería dormir treinta minuto' má'.

—esta vez no podrá ser lindo, pero te prometo que cuando regrese dormimos toda la tardeeee.

Casualidad | Lit Killah x Tini StoesselDonde viven las historias. Descúbrelo ahora