I. El juego comienza (2)

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2.

¿Se había equivocado? su madre se lo había dicho, sus amigas se lo habían dicho pero ella no hizo caso. Pero; ¿se había equivocado? ella solo se dejo guiar por la excitación de la situación. Del momento prohibido. Y aunque no lo recordaba bien aquel momento la condeno, y la hizo dejar todo para escapar de aquel mal, de aquel lugar que una vez llamo hogar. Ahora estaba absorta en su realidad; ella y su hijo, solos. Ella tendría que apañárselas sola, como madre soltera. Sin la ayuda acaso de su familia, nadie la ayudaría, no después de lo que había hecho. Ahora estaba sola.

No voy a largar mucho la historia, ya que esta no se trata de la vida de Doroty Ferreira. Esta es una historia muy diferente, pero creo que para contarles los hechos acontecidos en 1996, antes de la repentina desaparición del pueblo Winchestowm, primero tengo que contarles el nacimiento de Thomas. Del chico de color, del niño marginado. Les narrare en esta breve interludio cómo y en que situación extraordinaria nació Thomas Ferreira. Pero no me alargare mucho, solo les diré; su nacimiento no fue accidental. Fue algo... planeado. Todo siempre está planeado, "el destino no existe - diría alguna vez un hombre en alguna parte del cosmos".

Corría el año 1979; más específicamente el 9 de julio. La joven Doroty Ferreira le empezaba a doler la cabeza. Pero a quien no le dolería en sus circunstancias, si llevaba ya un mes sin llegarle la menstruación. Y ahora se sentía con las consecuencias de ella; dolor de cabeza, insomnio, cambios de humor. Y repentinamente, síntomas que parecían más de embarazo que de menstruación retrasada. Sentía; antojos, nauseas, y lo que podría ser un retraso por embarazo... pero eso lo descartaba, ya que no podía ser. No podía estar embarazada sin haber tenido sexo. Y ella no había tenido sexo, nunca. Era virgen. Pero entonces. Estaba muy segura, demasiado segura.

Aunque tenía sus dudas, pues no recordaba mucho lo sucedido la noche del 6 de mayo de ese mismo año (hace dos meses). No recordaba mucho de aquel bar, si viene al caso casi ni se acuerda del día siguiente. Era exasperante, y mucho. La carcomía por dentro mientras trataba de descifrar si paso algo en aquel lugar de mala muerte, en aquella pocilga de paso. Intentaba, cerraba los ojos con fuerza tratando de recordar, pero aun no volvía a ella nada. Solo fragmentos pero todos antes de sentarse en la barra del bar (aunque de eso tampoco estaba segura que hubiera sucedido); llego allí porque su Cadillac del 76', aquel auto heredado por su padre empezó a emanar humo a través del capo delantero. Mucho humo, ella salió rápidamente del auto (rojo y con aspecto nuevo). Se estaciono fuera de la carretera, entre la intersección hacia yellow'street y la que guiaba a kansas-city.

- mierda - dijo mientras se bajaba del auto. Con las manos en la cintura mirando el auto lleno de humo. Su pelo negro le ondule con el suave viento de la noche. Pensó en su madre, lo que diría, le había prometido que no tardaría. Que solo visitaría a la prima Nelly que vivía a las afueras por un par de horas, le prometió volver a casa antes de las doce. "ya son las nueve - pensó - no llegare sin mi auto". La joven de 22 años estaba desesperada, puso a trabajar su cerebro tan rápido como se podía, mientras este maquinaba a toda velocidad como una locomotora bien aceitada. Rápidamente se le ocurrió una idea. Observo su alrededor, estaba sola. Los autos pasaban por la carretera pero ninguno se detenía. (¿Porque lo harían? nadie la conocía, estaba sola). En la lejanía diviso un pequeño establecimiento, de aquellos que se encuentras cerca de la carretera. Aquellas tiendas de paso adonde solo paras a orinar o reponer combustible, al menos eso es lo que parecía desde donde ella la veía.

Se dibujó una expresión de alivio en su rostro; ahora podría llamar a su madre y/o a una grúa para que la llevara a su casa y se llevara su auto. Empezó a caminar, entre el borde de la carretera y la maleza más allá del camino. No tardó mucho en llegar a su objetivo, allí se pudo ver varios autos estacionados, varias motocicletas. Todo normal hasta que diviso la verdad sobre el lugar a donde fue a parar. En la puerta del establecimiento decía, "bar - libre albedrío". Aquello era un bar y no solo una tienda de paso. Le pareció extraño al igual que el nombre del establecimiento, pero la idea no perduro siendo opacada por el deseo de entrar para buscar un teléfono y pedir ayuda. Eso opaco por completo cualquier otro pensamiento emergente.

Juego de poder: Orden y CaosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora