III.17 de Abril de 1996: El día del Orden (2)

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2.

Thomas se derrumbó en el suelo del cobertizo, Blanca rápidamente fue hacia él, preocupada. En todo aquello que había sucedió lo que más le impacto fue que Thomas se desmayase.

- Thomas reacciona, Thomas – le dijo mientras intentaba hacerlo reaccionar, pero no podía, él estaba inconsciente – ¡Thomas! – le seguía diciendo mientras le movía pero él no daba signos de despertar.

Blanca se encontraba en una situación en la cual estaba totalmente perdida, no sabía que hacer solo se dejaba guiar por el instinto o lo que ella creía que era el instinto ya que la verdad era que el Orden estaba detrás de su comportamiento. El Orden le cerraba el camino a Blanca para que no pudiera tomar decisiones y luego la empujaba en la dirección que él quería. Ahora el Orden le había plantado una idea en la mente de Blanca.

<Thomas ya está perdido, tienes que salir de allí, tienes que encontrar un lugar para protegerte>. Eso era lo que retumbaba en lo más profundo de su mente, pero aunque el Orden era todo poderoso, esta vez no pudo controlar las acciones de Blanca.

Ella era una anciana de 64 años pero eso no le importo. Tomó a Thomas por los brazos debajo de sus axilas y así lo sostuvo. Allí estaba ella, en medio del cobertizo, sosteniendo a Thomas. Miro la puerta destrozada que tenía en frente, y al cuerpo sin vida de Justin, ella pateo la puerta. Los trozos de madera cayeron hacia afuera junto con el cuerpo, la madera le cayó arriba del cuerpo. Ella se tambaleo un poco con el cuerpo de Thomas en sus brazos pero luego se detuvo, he irguiéndose comenzó a caminar de lado arrastrando a Thomas, lo sacó del cobertizo.

Allí fuera estaba el jardín, y el cuerpo sin vida de Justin Cooper, con el hacha clavada en medio de su cabeza y su sonrisa la cual seguía en sus labios, aquello le dio asco a Blanca. Dejo de mirarlo y empezó a caminar hacia su casa, a través del jardín. Arrastraba a Thomas, ella caminaba de espaldas, girando su cabeza para ver hacia donde se dirigía.

Era ya de tarde, el sol estaba bajando en el horizonte, el viento se estaba empezando a enfriar. Blanca solo pensaba en esconderse junto con Thomas, encerrarse en su habitación y escapar de la locura que había afuera. En la lejanía se escuchaban algunos gritos, pero ya no era como antes, ya había cesado mucho los gritos a lo cual daba a entender que ya habían muerto muchas personas.

El Orden quería que Blanca abandonara a Thomas, quería que Blanca se salvara y así él podría ganar y no lo podría hacer si ella no dejaba a Thomas. Así que él empezó a jugar con la mente de Blanca. Plantando ideas cada vez más grandes sobre dejar a Thomas y salvarse pero todas eran ignoradas por ella, algo hacía que el Orden un ser omnipotente fuera ignorado y no tuviera poder sobre las decisiones de Blanca.

El Orden dudo un segundo, pero luego se enfureció así que hizo que blanca recordara todo sobre la conversación que tuvieron mientras él y ella estaban en lo más profundo se su mente, en aquel sueño.

Blanca se quedó paralizada, un escalofrió recorrió su cuerpo. Ella estaba muy cerca de la casa con el cuerpo de Thomas en sus brazos cuando llego a su mente todos los recuerdos de aquel sueño que tanto le costaba recordar, de aquella pesadilla. Se horrorizo, lagrimas salieron de sus ojos, la arrugada piel de su rostro hizo una mueca de horror.

Ahora sabía lo que estaba sucediendo, ahora sabía porque la muerte, la locura y la desesperación habían llegado a Winchestowm. El Orden le cerró el camino, esperando a que ella soltara a Thomas y saliera corriendo a esconderse y defenderse por su cuenta. Pero eso no sucedió, ella sabía lo que estaba pasando pero se negaba a abandonar a Thomas y dejarlo solo, tenían que estar juntos, tenían que apoyarse, tenían que mantener su promesa secreta de amarse como familia, era su decisión el protegerse. Al recordar aquel sueño su alma se endureció, en aquel instante ella dejo de ser la misma, ahora su esencia había cambiado bruscamente en un segundo.

Juego de poder: Orden y CaosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora