Han pasado muchas cosas desde la última vez que los hermanos Hargeeves vieron a su hermana menor Elena.
Ella desapareció de un día para otro sin dejar rastro, solo dejando una amarga soledad en la casa.
Pero después de la muerte de su padre, Sir R...
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10 años atrás...
Era de noche, muy de noche. Todos mis hermanos ya estaban durmiendo, o por lo menos eso pensaba.
Yo en cambio como costumbre no conseguía dormirme, así que estaba en mi cama leyendo un libro.
Ni siquiera sabía su nombre, tan solo había ido a la Biblioteca y el primer libro que me había encontrado me lo había puesto a leer.
Apenas me estoy enterando mucho de la trama, pero algo tenía que hacer.
Además en lo único que podía pensar era en mi decimoquinto cumpleaños.
Pronto cumpliría 15 años, estaba muy nerviosa.
Era un rollo por que mis hermanos al ser mayores que yo ya habían celebrado su 15 cumpleaños hace ya dos años.
A veces odiaba ser la pequeña de la casa.
Pero de repente alguien abrió la puerta. Salté encima de mi cama.
Tenía miedo que fuera Pogo o aún pero, que fuera padre.
Pero me tranquilizó ver el rostro del chico de cabellos rizados.
Susurre para que nadie nos oyera— Casi me matas Klaus- El chico sonrió y con cuidado cerró la puerta para que nadie entrara.
— Sabía que estarías despierta- Sonrió satisfecho.
Al ver su sonrisa sin poder evitarlo me sonrojé. Era única para mi.
— ¿No puedes dormir verdad?- Levante mi ceja derecha esperando su respuesta.
Negó riendo.
Entonces con mi mano di unos pequeños golpes al lado de mi cama para que se sentará con migo.
El se sintió aliviado y fue a mi lado.
Siempre habíamos sido muy amigos Klaus y yo, pero desde hacía un tiempo las cosas entre nosotros habían sido diferentes. No sabría explicar bien porqué. Solo que ahora al estar más cerca entre nosotros se sentía distinto.
Deje el libro sobre mi mesilla y me posicione enfrente del chico.
El me miraba con atención a cada cosa que hacia.
Nos miramos unos segundos y luego pregunte curiosa— ¿Pesadillas?
El asintió con una triste sonrisa.
Me entristecía tanto verlo así. Padre últimamente estaba siendo muy cruel con su entrenamiento. Lo encierra durante horas a la oscuridad, y el teme la oscuridad.
Siento tanta lastima por él.
Tome su mano para apoyarlo.
Entrelazados nuestros dedos y nos miramos durante unos minutos directamente a los ojos.
