Capítulo 3.- Aún en la oscuridad, brillas como diamante...

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"Las personas correctas son atemporales

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"Las personas correctas son atemporales..."

"Las personas adecuadas te hacen desear tirar los planes que originalmente tenía para ti y seguirlos en el futuro brumoso y desconocido sin mirar atrás"

- Heidi Priebe -

.-.-.-.

.-ha durado mucho tiempo en ese lugar, Oirim... es demasiada carga para él.-

.-Lo sé Amihsirik, pero fue orden del consejo.- suspiró mientras cerraba sus ojos.- no podemos interferir, ellos saben lo que hacen.-

7 días...

7 largos días estuvo el peliverde ahí encerrado.

Ambos ángeles veían con preocupación las enormes puertas del salón de meditación, aquel lugar dónde solo pueden entrar aquellos que sean elegidos como pilares.

Se dice que en aquel misterioso lugar se proyectan un sin fin de imágenes...

Imágenes dolorosas...

Imágenes devastadoras...

Muerte, guerras, violaciones, experimentos, violencia... implicaba a todos, sin importar que estos fueran adultos, jóvenes, niños... sin importar su estado.

Se proyectaban imágenes que ningún ser vivo debería ver o experimentar.

Los demás ángeles tienen prohibido entrar a ese lugar, aquella carga afectaría completamente su espíritu y alma, serian fácilmente corrompidos o llevados a cierto grado de locura.

Solo el pilar puede y debe soportarlo, estar al margen aun a pesar de ver todo ese dolor, controlarse ante lo que pueda suceder, mantener sus oraciones sin importar todo lo que pasaba a su alrededor para que existiera un equilibrio en el mundo terrenal y espiritual.

Un entrenamiento para fortalecer su concentración.

Algunas veces Ukuzi logra resistir, algunas veces no, cuando su espíritu se doblegaba su poder se liberaba, era tan grande la magnitud de su poder que su cuerpo no lo soportaba, ocasionando graves heridas en sus ser.

El sonido de la gran puerta abriéndose alertó a los dos jóvenes, la imagen de un pequeño Ukuzi saliendo de ahí los rompió.

.-¡UKUZI!.- gritaron ambos a su encuentro al ver que el pequeño peliverde se había desplomado en el suelo.

.-Ukuzi, hermano...- susurró el rubio, sus manos empezaban a teñirse de rojo al momento de cargarlo.

.- ¿Ukuzi?... ¿puedes oírme?- preguntó el pelirrojo.

Ambos miraban preocupados el frágil cuerpo del pilar, horribles cortes se presentaban en el cuerpo del menor, sus alas estaban lastimadas, en su rostro se veían algunos golpes.

《 Origen 》Katsudeku (ACTIVA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora