Aqui el primer capitulo de esta nueva y bella historia que estoy segura les gustara.
Las cenas de negocios no eran para nada cosa de Jimin.
Admitía que había algunas donde la pasaba bien pero la mayoría eran aburridas y no, no estamos hablando de esas típicas cenas de negocios en restaurantes, no. Sino de fiestas donde la música y la comida estaban presentes junto con varias personas apasionadas que iban a pasarla bien después de la plática de trabajo.
Después de todo la idea era divertirse.
Lo que Jimin no hacía con frecuencia.
Él no estaba en ellas por que fuera el hombre de negocios.
El hombre de negocios era su esposo.
Jimin miró a su derecha y pudo ver a Jungkook hablando con dos hombres y claro, riendo de quien sabe que chiste de empresarios.
Era un poco difícil relacionarse con personas cuando su esposo no estaba cerca, no era que Jimin fuera un antisocial, sino que en cada reunión conocía gente nueva y estar presentándose era tedioso y también soportar el carácter malhumorado de algunos.
Esa noche era viernes, era la noche en la cual quería quedarse en casa y ver el gran maratón de Freddy Krueger. Quería eso, tomarse un par de cervezas y estar junto a su esposo. Pero Jungkook tuvo que llegar temprano y decirle que tenían una cena.
Trató de no pensar en eso mientras le pedía al chico de la barra otra cerveza. Miró a los lados viendo a la mayoría de las personas hablando entre ellas y eso solo lo hizo sentirse
cansado. Miró su reloj, pasaban de las diez y probablemente estarían pasando la última película de pesadilla en Elm Street.
Jimin bebió un poco más hasta que su esposo llegó con él y lo presentó con otras personas que sabía nunca en su vida iba a recordar sus nombres. Él como siempre sonrió y se comportó amable, como un buen esposo.
Porque eso debía hacer. Comportarse como el esposo de Jeon Jungkook.
Jungkook. Su esposo. El hombre que tenía una buena empresa y que se había enamorado de él desde que lo vio en un café. Jimin aun recordaba como pasaron las cosas.
Jungkook empezó trabajando en la empresa de su padre desde joven y Jimin estaba empezando su primer trabajo después de la universidad. Jungkook lo vio un día en una cafetería y supo que tenía que ir por él.
Incluso Jimin reía cada vez que recordaba las palabras de su esposo.
"Vas a ser mi esposo"
Era divertido. Y en serio sucedió.
Jimin pensaba que Jungkook tenía todo lo que quería en un hombre.
Cuando llegaron a casa, Jimin se lanzó en la cama completamente cansado, estaba agotado a decir verdad. Él era contador y todo el día con números en la cabeza lo hacían estresarse tanto. Mientras se colocaba ropa para dormir vio a su esposo hacer lo mismo.
Jungkook tenía buen cuerpo, se ejercitaba y era muy notorio, pero Jimin también lo hacía y algo de lo que Jimin estaba agradecido era tener los muslos más grandes que su esposo. No sabía por qué pero le gustaba, aparte que sabía cuánto le encantaban a Jungkook.
Se recostó por completo en la cama esperando a Jungkook. Su esposo le daba la espalda mientras terminaba de vestirse. Para ser un hombre de veintiocho años, Jungkook estaba como quería. Y Jimin quien solo era menor por dos años, estaba encantado de tener a un hombre como él.
Una vez que Jungkook se acostó a su lado, se sonrieron y Jimin lo miró de la manera en la que lo miraba cuando quería tener intimidad. Porque a decir verdad extrañaba hacer el amor con Jungkook.
Ya había perdido la cuenta de cuánto tiempo había pasado. Tal vez tres meses. Y él enserio quería hacer el amor, no como Jungkook lo hacía, cuando llegaba y solo le daba la vuelta. Jimin en serio quería toques, besos y mimos.
Antes, sus relaciones eran pasionales, salvajes y hasta un poco locas, pero después de tres años juntos las cosas cambiaron. Jungkook le planteo muy bien a Jimin que como ahora tenía una empresa y él era el jefe, debía comportarse como un esposo ejemplar.
Y eso incluía, además de acompañarlo a esas tontas juntas y reuniones, hacer el amor como él quería. No como algo vulgar.
Jimin no lo comprendió al instante, incluso pensó que había sido una broma pero Jungkook no lo dijo en broma, en serio lo cumplió y prueba de ello fue cuando Jimin trató de seducirlo con ropa provocativa una noche.
Jungkook le dijo que esa no era la manera de vestir de un hombre casado, ni mucho menos a su edad. Cosa que era estúpido porque ninguno era viejo pero Jungkook tenía la mentalidad de su padre.
De ser un hombre pulcro, recto, ordenado y sobre todo un hombre con autoridad.
"Quítate esa ropa, pareces un cualquiera"
Y esas crueles palabras de Jungkook hirieron a Jimin profundamente.
Ahí aprendió que no podía comportarse como quería, sino como Jungkook decía.
¿Qué daño estaba haciendo al querer seducir a su esposo? No había nada mejor que querer estar con la persona que amas y mucho mejor si aún tiene ojos para ti.
Pero en el caso de Jimin no fue así. ¿Se veía como un cualquiera? ¿Eso era? ¿O fue la ropa? Jimin siempre se martirizaba con esas preguntas. Todo era simple, a Jungkook no le gustaba eso.
Jimin lo soportaba, pero no sabía cuánto tiempo lo haría.
Sus pensamientos lo dominaron tanto que no supo en que momento Jungkook ya estaba dormido.
Corto, si, pero es por que apenas vamos empezando jajaja agarrence que esta historia viene con todo, el segundo capitulo sera mas largo. Las quiero lindas.
ESTÁS LEYENDO
Más que lo que pides - Yoonmin.
FanfictionReservado, pulcro, recto y amable. Así es como Park Jimin debía comportarse cada día de su vida en su matrimonio. No podía comportarse de otra manera mientras estuviera casado con Jeon Jungkook. Incluso no debía comportarse mal con su esposo. Jimi...