PARTE UNO

64 4 0
                                    

POSICIONES

1


- ¡DENSE PRISA!
- ¡SUBAN AL MALDITO BARCO QUE NO TENEMOS TODO EL DÍA!

Son las palabras que resuenan en los oídos de los reos que suben al barco que los conduce a La Prisión Del Helheim a la mitad del Océano Atlántico para cumplir cierta condena. Dichas palabras aún suenan con eco en la cabeza de Paul todas las noches antes de dormir incluso aún después de 5 años de haber entrado en Helheim. Pero eso ya no iba a pasar nunca más pues él y otros siete iban a dejar la prisión, iban a escapar. Sin embargo, Paul tenía que hacer algo antes de ejecutar su gran plan. Aún con el eco de las voces de los guardias del pasado que le indicaban subir a un barco bajo la luz de la luna, Paul se levantó de la cama y fue a su pequeño escritorio, sacó una hoja de papel y comenzó a escribir una carta para su hija que la enviará a la primera hora del día siguiente.

Puede que en Helheim las habitaciones fueran deplorables, los baños horrorosos, la comida a veces tuviera insectos pero también tenía sus puntos buenos como el servicio de mensajería, lavandería y la biblioteca aunque solo unos pocos entraban, entre ellos estaban Paul, Michael, John, Richard, Tom, Johny, Alex y Jack que diariamente en sus tiempos libres leían en grupo El Conde De Montecristo y Las Cuatro Estaciones; se imaginaban así mismos escapando de la prisión, soñaban con volver a sentir la brisa del aire libre, no les importaba la contaminación, el pagar impuestos o el crimen en las calles. Ellos solo querían volver a ser libres.

Paul Cerró los ojos dio un gran suspiro y susurró: <<Estaré contigo muy pronto>> dobló la hoja, la metió en un sobre y la preparó para su envío. Se metió en la cama y cerró los ojos sin embargo esa noche no pudo dormir.

2

Los presos de la prisión fueron despertados de golpe por la alarma que puntualmente sonaba a las 6:00 am. Comenzaba la rutina los reos salían al pie de su celda para ser contados y en cuanto se terminaba esto iban al comedor al desayuno, después caminaban a sus respectivas labores como por ejemplo el aseo de los corredores, lavar, mantenimiento de edificios, etc, etc. Para después asistir a la comida y finalmente el tiempo libre de algunos que era a las 7:30 pm y precisamente este día llegaban nuevos reclusos. Cada mes y medio llegaban de cinco a trece nuevos condenados, así como provisiones, utensilios, herramientas y todo lo necesario para "sobrevivir" en la prisión, todo esto llega en un barco que se veía en el horizonte al mismo tiempo que el sol se empezaba a esconder.

Antes de servir la comida de la tarde se reunieron Paul y sus camaradas en la biblioteca para repasar el plan, no sin antes de revisar si alguien podía escucharlos. Ya con seguridad, Michael, el líder del escuadrón habló.
-Muy bien señores -dijo golpeando la mesa con la palma- ¿están listos?
-Sí -respondió Paul- hay que repasar el plan. Si nos haces el favor John...
-Está bien-dijo y empezó a hablar en ruso para no ser descubierto, afortunadamente todos sabían entenderlo ya que pasaron los últimos dos años estudiando el idioma.
<<En cuanto el barco se vea en el horizonte todos estarán en sus posiciones; Johny, Paul y Michael van a estar en la zona de descarga, Jack estará detrás con los señuelos y listo para apagar la cámara de vigilancia, Tom y yo estaremos afuera de la oficina del alcaide ya por último estarán Richard y Alex en el patio [...]>>.

La alarma de la comida sonó al mismo tiempo que John terminó de explicar el plan. Todos se levantaron y se dirigieron al comedor, saliendo de la biblioteca se perdieron en la multitud que se dirigía al mismo destino que marchaba al caminar. Comieron, salieron del comedor y esperaron al barco en sus respectivas posiciones. La espera parecía eterna, en las caras de los ocho estaban empapadas de sudor, sentían un hueco en el estómago y les temblaban las rodillas. Poco a poco la inseguridad, la duda y el miedo se fue apoderando de cada uno de ellos, pero fueron sorprendidos por el débil sonido del barco que se acercaba por el horizonte. 

Más Allá Del MarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora