Capítulo 2:

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Tony no volvió a ir al prostíbulo en las semanas siguientes, Peter comenzaba a pensar que aquella noche solo fue un sueño, uno muy bonito que le hacía deslumbrar a un hombre bueno y decente, que solo buscara su cercanía y quizás más adelante algo más.

Peter suspiro, atesorando el recuerdo de Tony, ¿Cómo un hombre de su posición si quiera había pisado un lugar como lo era un prostíbulo de hombres? Era un completo misterio, quizás solamente había tenido la amabilidad de acompañar a su amigo rubio y tenía una hermosa esposa esperando en casa, por una extraña razón su corazón se apretó contra su pecho, una hermosa esposa, por eso no quiso tocarlo, quizás le tenía asco y que hombre no, con su profesión, se tenía asco ell mismo.

Peter terminaba de limpiarse el desastre que le dejo su ultimo cliente, era uno de los jóvenes con más clientes en el prostíbulo, con su hermoso porte y elegancia innata era más que obvio que los hombres se volverian loco por un tesoro como él.

Salió del baño arreglándose la falda, al terminar de desarrugar la tela se tocó el corset para verificar que todo estuviera en su lugar, su imagen debía ser buena para atraer a los clientes.

— Peter — conocía esa voz, no podía ser solo fue un sueño, un producto de su imaginación para poder evitar ese mundo tan deplorable, alzo la vista con miedo de que solo fuera un delirio suyo, pero no ahí estaba con su traje hecho a la medida, con su olor a tabaco y esos deslumbrantes ojos whiskey, tal y como lo recordaba.

— ¡Tony! — no pudo evitar su arranque, corrió hasta sus brazos, y Tony lo tomo con gusto.

— Tranquilo pequeño — Tony beso su cabeza.

— Volviste de verdad volviste — dijo el muchacho entre el llanto que le provocó el regreso del hombre.

— Por supuesto que volví, te lo prometí ¿No es verdad? — Peter asintió sonriéndole genuinamente con sus dientes blancos, Tony muy gentilmente tomo su mentón, para levantarlo delicadamente y poder ver esos ojos avellana que lo pusieron de rodillas.

Limpio amablemente sus mejillas de las lágrimas saladas, Peter lo miro a través de sus espesas y gruesas pestañas memorizando el rostro masculino.

Tony carraspeo después de unos segundos de perderse en los ojos del joven, dejando caer su mano, Peter la tomo deprisa situándola de nuevo en su mejilla, le gusta sentir el calor de emanaba de ella.

Tony lo miro con dulzura, Peter tenía los ojos cerrados, se veía como un ángel, con sus rasgos finos y delicados, casi comparables con los de una mujer, era aún más hermoso que una mujer.

Peter por fin se dignó a dejarlo con su compostura intacta.

— Te traje algo— dijo el hombre caminando hacia la cama, para acto seguido invitar a Peter a sentarse a su lado.

El joven casi corrió para sentarse al lado de Tony sobre el colchón, el mayor introdujo su mano en él saco y del extrajo una pequeña caja con un moño grande color rojo borgoña.

— Son solo para ti — Tony consigno la pequeña caja en el regazo de Peter, el joven examino el objeto con veneración.

— ¿Puedo abrirlo? — pregunto bastante intrigado el muchacho.

— Por supuesto — dijo Tony cortésmente, miro como Peter deshacía el moño con delicadeza, los extremos del listón se deslizaron con adoración, para dar paso a la tapa de la pequeña caja, con manos temblorosas Peter desprendió la cubierta, se sorprendió lo que había dentro parecían dulces, dulces de color café oscuro y había otros blancos.

Suite Française ⌠Starker⌡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora