Capítulo 5:

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Peter se sentó con cuidado en el agua caliente en la tina en medio del baño, se notaba que era de porcelana por el brillo y lo pulida que estaba, nunca se había bañado en tina y mucho menos con agua caliente.

Olfateo el agua, olía delicioso a jazmines, rosas y opiro, había pequeñas burbujas en todas partes, mirándolas con ilusión y curiosidad reventó una con su delicado dedo, en cuando la burbuja desapareció, sonrió igual a un niño pequeño.

Por fin pudo relajarse un poco, primero estaba el hecho de lo que paso, después el beso con Tony, y para rematarla lo peor de todo el ser descubiertos en el acto, solo esperaba no causarle problemas al mayor, pero al observar su despedida no parecía enfadado, todo lo contrario, lo trato con cariño, ternura y caballerosidad, como era el hombre mayor siempre con él, sumergiéndose en el agua hasta dejar su nariz solo afuera perdió el curso del tiempo.

Al abrir los ojos sintió escalofríos y frio, el agua ya estaba fría y a temperatura ambiente ¡¿Cuánto había dormido?! Apresuradamente salió de la tina, tomado una de las toallas que la mucama había dispuesto para él, seco su cuerpo lo más rápido que pudo, se detuvo al recordar que su ropa estaba sobre la cama, a tientas y con la toalla en el pecho cubriendo solo lo necesario salió del baño, ahí estaba la ropa perfectamente doblada sobre la cama, Peter no pudo evitar sorprenderse la cama tenía un nuevo y limpio juego de sabanas, además de un hermoso sobrecama, era felpudo y color gris pálido, obvio Peter no podía dejar pasar la oportunidad de sentir el rico cosquilleo con todo su cuerpo, así que se aventó a la cama tallándose con todas sus extremidades, al igual que un gato, ronroneo de gusto.

— ¿Te diviertes? — Peter callo de la cama del puro susto, al escuchar la tan conocida voz.

— Lo compré en el Cairo, lo tuve guardado para una persona especial, ahora es tuyo, es un regalo — Peter miro al mayor desde la orilla de la cama, asomando solo su cabeza, Tony tenía una sonrisa de suficiencia y arrogancia que no podía el mismo con ella, con su pecho hinchado en orgullo de que a él joven le allá gustado su presente.

— G-gracias — ¿El, una persona especial? ¿Podría ser posible?, la esperanza creció en su pecho.

— M-me pasa la ropa— seguía en el mismo lugar donde la había dejado, pero estaba demasiado lejos.

— No veré nada nuevo de lo que llegue a ver Peter — aun así, el mayor le paso las prendas a un Peter completa y absolutamente colorado.

Tony suspiro caminando hacia la salida con una gran erección que le dolía entre las piernas, carraspeo antes de salir.

— La cena estará lista en 5 minutos, baja cuando te sea cómodo — Tony cerró la puerta lo más tranquilo que pudo, tuvo que acomodarse el bulto para que no se le notara, pero ¡Dios! Ver a Peter inclinado dejando ver su rosado y suave culo y para acabarla meneándolo, bailándolo en el aire igual que un gatito, eso valía oro y del puro, de puro milagro no tuvo un derrame nasal, hubiera sido demasiado vergonzoso.

Aun algo avergonzado pero decidido, Peter salió de su habitación, miro el barandal perfectamente pulido a pocos pasos de su puerta, decidido seguirlo era la mejor forma de no perderse, bajo las escaleras que desembocaban cerca de la entrada, busco a Tony con la mirada lo miro parado cerca de una gran mesa por lo menos para 18 personas de cedro, camino hacia el con la mirada gacha.

Tony tomo su mentón elevándolo con suavidad, besando su frente.

— Siempre mira hacia arriba Peter — susurro el mayor al joven haciendo que este se estremeciera.

Una mujer igual a un torbellino entro al comedor, despotricando órdenes a todos, se veía tan elegante y sofisticada, que daba miedo, la mirada oscura se posó en la pequeña figura del joven y camino hacia el con mirada felina.

Suite Française ⌠Starker⌡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora