Capítulo 1:

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El corazón de Tony martillaba contra sus costillas, no tenía ni la más mínima idea de lo que Thor planeaba, pero la curiosidad lo tenía ahí, una noche fría, en las embaldosadas calles de Nueva York.

Miro a su izquierda la estatua de la libertad a medio construir, con sus estructuras que prometían seguir creciendo.

No le gustaba ese barrio, se rumoreaba que ese lugar era para degenerados y asesinos, era la parte más baja de Nueva York.

Un escalofrío recorrido su espalda dorsal al sentir una mano sobre su espalda y abrigo.

— Hola amigo Tony — ¿Tony? Desde cuando eran tan cercanos para llamarse por su nombre de pila.

— Hola Thor — eran adultos a final de cuentas los protocolos se podían ir al carajo.

— Sígueme — Thor siguió su camino, con un Tony confundido siguiéndole los pasos.

No fueron muy lejos, a las casas residenciales de la zona, miro a Thor sonreír enfrente de una locación, un almacén vacío hace mucho tiempo.

Tony no pudo evitar ver las peculiares botas de dama colgando en el barandal de las escaleras, persiguió a su nuevo amigo escalaras abajo.

Al entrar lo aturdió un poco la campanilla que sonó, anunciando nuevos clientes, en un segundo tenían a su disposición una fila de jóvenes, todos vestidos con corset que mostraban sus pezones, mugrosos y degastados con falda en igual condiciones.

Observo a todos y cada uno, eran tan jóvenes, con una vida tan prometedora y que el destino se las negó.

Los brazos escuálidos y delgados los acariciaban al pasar, Tony estaba aturdido y asustado, nunca pensó que Thor fuera esa clase de hombre y más aún que pensara que él era uno de ellos.

Pero comenzaba a dudar, que si tenía razón en sus insinuaciones.

Thor prosiguió su caminata hasta uno de los estrechos pasillos, algunas puertas estaban abiertas pudiéndose ver el acto carnal en su pleno esplendor.

Thor se detuvo delante de una puerta, bastante elegante, se dirigió a él, como amigo y compañero.

— Aquí está el hombre que busco Tony, busca alguno que sea de tu agrado — y sin ninguna palabra más se dirigió a abrir los aposentos de un hombre bello, delgado como una bella dama, con una piel marfilada y fina, de largos cabellos negros y unos luceros por ojos.

Tony observo como Thor tomaba la fina figura entre sus brazos antes de que la puerta se cerrara.

Stark suspiro, ahora ¿Cómo carajos hacia esto? Nunca había estado en un prostíbulo de hombres, de mujeres si, muchas veces, pero la circunstancia de sus deseos no eran correspondidos hacia las damas, los hombres eran la mejor opción.

Camino tratando de mirar hacia dentro de las habitaciones, con vergüenza por perturbar su acto, todo era mecánico y sin amor, solo lujuria y deseo de zacear su ímpetu.

Entonces lo vio un joven bello con la mirada apagada y triste color avellana intenso, pero no era lo único hermoso en él, su nariz recta y pequeña, con perfil dulcemente delineado y ovalado, con un par de labios color cerezo, quedó prendado he hipnotizado, pero su rictus era de puro dolor.

Se sostuvo del marco de la puerta, mirando como el delicado cuerpo era azotado por un hombre, sin cuidado alguno era penetrado, quería ir y despojarlo de aquel atroz acto, pero no sabía que consecuencias tendría el muchacho.

Sus uñas se incrustaron en la madera podrida al escuchar el grito de júbilo del hombre al terminar y sin más el hombre empujo al muchacho, cayendo sentado sobre la cama, recibió su paga de mala gana, tirando las pocas monedas al suelo.

Suite Française ⌠Starker⌡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora