Parte 13.

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Pov. Sara

De cualquier modo Darien moriría...

Sonreí debido a que mi venganza ya estaba completa, volví a dónde Sheng-sama para que me ayudara a retirar la bala de mi pecho ya que la del hombro pude sacarla yo misma con el kunai.
Toque cuatro veces la puerta anunciando que era yo, abrí la puerta y me tiré en el sofá de la oficina de mi empleador, me sentía débil y mareada debido a la pérdida de sangre.

-Que haz hecho Sara? -menciono algo alterado porque era la primera ocasión en qué llegaba herida y aún más extraño porque no había tenido ninguna misión.

-Lo asesine, termine con su vida Sheng-sama, el... el heredero Whitmore está muerto... -dije con una sonrisa adolorida en mi rostro, tosí varias veces y cubrí mi boca con la manga del kimono al alejarla vi sangre.

-Como? Estás diciendo que asesinaste al único hijo de Endymion Whitmore? -pregunto el asiático muy atónito ante mis palabras, yo asentí sonriendo cínicamente.

-Lo atravesé como a un pescado asado... -despues de eso perdí el conocimiento.

Un par de horas después desperté en la oficina de Sheng-sama, sin playera, mi pecho y hombro vendados intenté levantarme pero no pude poco después lo vi entrar con una tetera y dos tazas entonces virtio un polvo verdoso a las tazas y despues el agua caliente, me ayudó a sentarme y me entregó el té.

-Tuviste suerte, la bala casi perfora tu pulmón además de que te hiciste más daño en el hombro al sacar la otra bala, hice lo que pude pero te quedará cicatriz. -me dijo mientras se sentaba frente a mi y tomaba de su té.

-Muchas gracias Sheng-sama pero la cicatriz no importa porque al fin logré vengar a mi madre aunque tendré que irme de aquí nuevamente y llevarme a nana conmigo por que seguramente ya saben quién fue el que mato a Endymion Whitmore JR. -bebi del té disfrutando de la calidez que llenaba mi cuerpo.

-Si pero ya espera a que amanezca yo me encargaré de hacer desaparecer a Sara y Luna Whong de los Ángeles.-dio otro sorbo y me guiño, acerco a nosotros unas bolas de arroz y comenzó a comer.

-Es usted es mi ángel de la guarda -tome una bola de arroz y comí de ella, era deliciosa como toda la comida que el preparaba, termine de comer y también el té para poder dormir aunque sea un poco ya que dentro de unas horas debería desaparecer...

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Mientras tanto en otro lado del mundo

-Como que Darien fue asesinado?! -resoplo con molestia la grave y autoritaria voz de el líder Whitmore un hombre de grandes complexiones, rostro endurecido y cabello cano.

-Es la información que recibimos señor, el joven Darien falleció a manos de una de las lunas de los yakuza, ya tenemos su información señor podemos ir por ella en este instante -un joven peliplateado y de complexión delgada respondió tímidamente.

-Llama a uno de nuestros muchachos para que se encargue de ella -menciono el mayor levantándose de su lugar y colocándose frente al enorme ventanal que estaba detrás de si mismo, observo por el, fijando su vista en el horizonte y debajo de esta se encontraba una hermosa ciudad.

-A sus órdenes señor de inmediato lo llamo -el joven se retiró de la oficina del de pelo cano haciendo una llamada telefónica.

Habla Heliot Whitmore... necesito que vayan detrás de la señorita luna que nos hizo favor de deshacerse de mi querido medio hermano Darien... si es por orden de padre... Cuánto antes...

Terminó la llamada y se retiró del lugar, a este joven no le agradaba nada ser el bastardo de Whitmore y quería deshacerse de Darien a como diera lugar más su problema ya estaba resuelto gracias a una mujer que según su padre jamás se involucró con ella o su familia, aún así parte de su plan ya estaba completo ahora solo faltaba deshacerse de su padre y ser así el nuevo heredero de la mafia.
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Volviendo a los Ángeles

Un joven pelinegro se encontraba turisteado la ciudad, del bolsillo trasero de sus jeans tomo la fotografía en la cual se encontraban 2 mujeres de cabello castaño una de ellas encerrada en un círculo rojo hecho por marcador, saco su teléfono y reviso la dirección otorgada y se dirigió a ella caminando puesto que quería seguir observando la ciudad, tardo alrededor de 2 horas en llegar, vio la residencia se acercó y tocó la puerta educadamente.

-Si que se le ofrece? -pregunto la mujer de blanquesino cabello, el joven observo una vez más la fotografía para asegurarse que era a quien buscaba puesto que el la vio castaña cayó en cuenta que era misma mujer pero más vieja.

-Sara Whong se encuentra? -pregunto el hombre de coleta a la dama.

-Oh eres amigo de Se... Sarita, ella no se encuentra pero no debe de tardar pasa. -invito la mujer sin saber que a quien estaba invitando a pasar sería el mismo que la llevaría a su fin.

-Sabe donde está Sara ahora? -la mujer negó- le interesa saberlo? -menciono este al tiempo que rondaba la sala y observaba las fotografías que había en ella.

-Es fin de semana ella suele llegar tarde en estos días, seguramente está en casa de una de sus amigas -dijo mientras servía un vaso de agua y se lo ofrecía al joven.

-De ningúna manera, ella se encuentra en algún lugar de está bella ciudad curando las heridas que le causó Endymion Whitmore al intentar en vano que ella no lo matará -dijo sin preocupación alguna para después beber el agua que la mujer le había ofrecido.

-Claro que no! Mi niña es una buena persona jamás le haría daño a nadie usted miente -respondió al borde del colapso.

-Señora, su nieta o hija es una asesina bajo el mando de Diamond Yakuza, los asesinatos que se han dado en los angeles según por una tal luna creciente son culpa suya ella es la luna creciente y yo vengo a matarla -menciona con cinismo el joven de coleta, Nana como le llamaba su nieta negó una y otra vez que su querida Serenity fuera un monstruo de esos, un monstruo capaz de asesinar.

-No es verdad! Sara no es así! Tu estás mintiendo! Tú eres un monstruo que solo quiere matar a mi niña! Llamaré a la policía en este instante -y eso fue lo último que la pobre mujer alcanzo a decir ya que al estar a punto de tomar el teléfono, el joven a su lado le disparó en el pecho provocando que cayera al suelo desangrándose.

-Genial ahora la vieja está muerta y luna creciente está viva y suelta por ahí... -rodo los ojos y se retiró del lugar sin siquiera molestarse en cerrar la puerta.

Luna, la abuela de Sara estaba agonizando, de su pecho caía sangre hacia el el suelo y de su rostro lágrimas; ella jamás quiso aceptar que su pequeña e indefensa Serenity se había vuelto una mercenaria aunque desde hace mucho tiempo atrás ya lo sabía. Sabía que ese trabajo solo era una fachada, sabía que perseguía y mataba a maleantes y también sabía que buscaba al culpable de la muerte de su madre: Usagi. Oh como le diría a su querida hija que no pudo evitar que su nieta se desviará del buen camino. Solo quedaba rezar con su último aliento por el perdón de su nieta ya que ella creía que hacía lo correcto por las formas incorrectas.
Poco a poco el frío comenzó a invadir su cuerpo y con el llegaba la muerte.

-Mi querida Serenity... Siempre te voy a amar... Sin importar el camino decidiste seguir...

Sus últimas palabras con todo el amor que sentía por su nieta fueron escuchadas por el silencio e hicieron eco en la soledad.

¿Es Justicia o Venganza?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora